lunes, 11 de febrero de 2013

Todo el año es carnaval...

LA MÚSICA DE BUENOS AIRES Y EL CARNAVAL

Por Rubén Fiorentino
El carnaval, fiesta pagana recuperada recientemente para todos y para todas tiene un arraigo inestimable en esta música nuestra, hoy Patrimonio Cultural intangible de la Humanidad. Ya desde los tiempos de la esclavitud, los morenos acostumbraban a celebrar con sus bailes característicos, no exentos de movimientos frenéticos y acordes de tamboriles. Ese candombe federal, para identificarlo con el tiempo del Restaurador de las Leyes, se hacía oír entre las capas más humildes de la sociedad de fines del siglo XVIII y albores del XIX. 
Posteriormente, y sin duda el vínculo más importante con el tango, lo genera Gerardo Matos Rodríguez, con aquella modesta y sin pretensiones marchita carnavalera que, Roberto Firpo mediante, derivaría, en “el tango de los tangos” o el “Himno del Río de la Plata, según quieran llamarlo. Con La cumparsita se inicia un festival de títulos relacionados a la carnestolenda donde cuando desarrollemos más en profundidad la cosa veremos a autores que se desenvuelven como peces en el agua con la temática. 
Quizá los que hoy peinan canas, o acaso ni eso, añoren con nostalgia los "8 Grandes Bailes 8" en los que la típica y la jazz acaparaban la atención de los danzarines o de los que sólo concurrían a disfrutar del ambiente y de las interpretaciones de renombrados maestros que se mostraban como nunca al soberano. Si hasta existía una singular competencia entre los clubes para convertirse en el más taquillero de la temporada.  También aparecía como opción para los que no acostumbraban a frecuentar los clubes, los corsos barriales donde el agua, papel picado, serpentinas y aguas perfumadas desplegaban su logística de entonces. 
El tango, cronista inigualable de todo ese tiempo, encontró en la inspiración de sus poetas y músicos motivos abundantes para narrar. Como no podía ser de otra manera se abocó con ahínco a la tarea y generó según nuestra modesta investigación alrededor de medio centenar de títulos atinentes. Hecho este necesario prólogo queda narrarles las conclusiones que me produjo el ocuparme de todas aquellas páginas emparentadas con el “Rey Momo”. 

Si nos atenemos a manejarnos por la cantidad, los que sobresalen por su reiteración, juntos o separados, son Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez.  Ese exquisito poeta que fue Don “Pancho” le pone versos a la melodía de Carlos Di Sarli en Otra vez carnaval y al tango La enmascarada que concibe con la legendaria Paquita Bernardo  El de la doble A, como su bandoneón, concibe la música de A cara limpia, composición que lleva letra de Nolo López. En tanto, formando entre sí rubro autoral podemos contabilizarles Carnaval, Yo me quiero disfrazar y Siga el corso. A propósito de esta página, relata Francisco García Jiménez que la idea se le ocurrió luego de haber presenciado un hecho que llamara su atención. Tres o cuatro coches de mascaritas femeninas con sus masculinos acompañantes que iban a los bailes de los teatros se metieron en la Avenida de Mayo, iniciando allí entre ellos una verdadera batalla de serpentinas, pomos y confeti. Pronto habría de sumarse el público de los tradicionales cafés de la arteria, luego más coches, más gente, vendedores de serpentina y se oficializó, con placentera informalidad, un corso alegre... como todos los corsos, a excepción del mítico "Corso triste de Flores" que inmortalizara Alejandro Dolina en sus Crónicas del ángel gris y que vencido por el espíritu jocoso del carnaval dejó de lado su tristeza.


El carnaval tampoco pasó inadvertido para “el poeta de Añatuya”, Homero Manzi,  a quien se le deben títulos como Carnavalera, obra en tiempo de milonga que musicaliza precisamente “el señor milonga”, Sebastián Piana. Con Felix Lípesker concibe el vals Romántica y con Lucio Demare, la milonga Negra María, el personaje que abriera los ojos en carnaval o acaso Se va la murga, esa marcha que cuenta a German Teisseire como su colaborador, haciéndose cargo de la parte musical. 






Inmediatamente después podemos ubicar a los orientales Emilio Falero y Virgilio Carmona que dieron al cancionero popular del Río de la Plata obras como Pobre colombina y Ríe payaso. Siguiendo con los de la vecina orilla a pesar de que éste, Donato Racciatti, naciera en Italia, podemos citar la milonga Che carnaval. Otros compositores y poetas también hicieron su aporte y vale como testimonio esa magnífica obra Papel picado que concibieran padre e hijo, José González y Cátulo Castillo. 
Una curiosidad la aportan Alfredo Le Pera y Carlos Gardel. Se trata del tango Viejos tiempos del que el “Zorzal criollo” deja únicamente un testimonio danzante, contenido dentro de uno de sus recordados filmes pero que en cambio nunca registra con la magia de su canto en la placa sonora.  
Otro binomio que no debemos soslayar es el formado por Julio De Caro y Dante Linyera que dejaron para los tiempos páginas como Todo el año es carnaval y Yo me quiero divertir. Enrique Cadícamo, en tanto, se anota en esta sana contienda con Carnavales de mi vida, subtitulado Mosca muerta, que concreta con el músico con el que comparte muchas de sus grandes creaciones, Juan Carlos Cobián, Colombina con otro subtítulo, Teresita, donde aparecen como coautores Francisco y Julio De Caro. 
Otra página relacionada a la temática que trascendió del pentagrama al celuloide en un film nacional que protagonizaran Florencio Parravicini, Sofía Bozán, Charlo y Sabina Olmos es la que lleva las firmas de Sebastián Piana y Manuel Romero. Se trata de Carnaval de antaño, que llegara a los cines el 17 de abril de 1940. Juan Andrés Caruso, el poeta que ostenta el orgullo de ser el que más composiciones le grabara Carlos Gardel aporta en este rubro carnavalero Cascabelito, obra en la que hace su aporte José Bohr y Sacate la caretita, composición que data de 1924 y en la que también colaboran José Schumacher y  Luis Cosenza. 





Héctor Pedro Blomberg y Enrique Maciel, a los que se le suma en esta oportunidad Carlos Max Viale nos regalan La parda Balcarce, obra  ambientada, como es clásico en estos autores, en un tiempo muy puntual de la vida ciudadana. El “del talento enorme y la nariz”, Enrique Santos Discépolo aporta Soy un arlequín, en tanto Francisco Canaro e Ivo Pelay nos obsequian Nene caprichoso, Roberto Aubriot Barboza y Juan Baüer nos brindan Juventud, Juan Carlos Cáceres el candombe A ver si te animás, en el mismo rubro sincopado Juan Cao y Alberto Luces nos dejan Candombe de carnaval
Homónimo del que compusieran tiempo atrás Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez es el tango Carnaval fruto de la inspiración de José María Luchesi y E. Fuggi. No estaría completa esta reseña si omitiera de mencionar Carnaval de mi barrio de Luis Rubistein, Cocoliche de Eugenio Nóbile,  Luis Cosenza y Francisco Lamela,  Después del carnaval de Amuchástegui Keen, Disfrazado de Antonio Esteban Tello y Alejandro Da Silva, Disfrazate hermano de Antonio Bonavena y Francisco Gorrindo, En el corsito del barrio de Abél Aznar y Reinaldo Yiso, Esta noche en Buenos Aires de Ángel D´Agostino Eduardo Del Piano y Avlis, Este carnaval de Miguel Ángel y Luis Caruso, Melenita de oro de Samuel Linning y Carlos Vicente Geroni Flores, Sacate el antifaz de Orlando Romanelli y Alberto Munilla, Serpentinas de esperanza de José Canet y Afner Gatti, Siempre es carnaval de los hermanos Osvaldo y Emilio Fresedo, Mascarita de José Monzeglio, Milonga de carnaval de Diego Kvitko, Otro año de Nito Farace y José Sala, Payaso de Luis Piersantelli y Ángel Flores, Recuerdo de carnaval de Manuel Ugarte y Francisco Paredes, Noche de carnaval de  Carrasco y Juan Carlos Patrón y el candombe Carnaval, de Francisco Rotundo y Pedro Blasco, que llevara al disco Anibal Troilo con la voz de Edmundo Rivero. 


Seguramente, si se lo proponen, encontraran más títulos que los hallados por el autor de esta nota, cosa que no hará más que afirmar la afinidad de la música de Buenos Aires para disfrutar “de cuatro días locos que vamos a vivir”, como diría Rodolfo Sciammarella. Yo con un dejo de nostalgia me ubico en un punto de mi memoria frente a los anuncios del viejo Centro Lucense ofreciendo en cartelera la jazz de Varela-Varelita, la típica de Juan D´Arienzo y para los entusiastas de la colectividad a Los gavilanes de España.


Yapa murguera:



Nota: Ilustraciones gentileza de www.todotango.com 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigos, un saludo cordial a la distancia. Los mejores deseos para este comienzo de año, anhelando disfruten un 2013, sobremanera especial. Quería consultarles brevemente cómo podría hacerme del premio ganado en la última edición de vuestro certamen literario. Reiteradas ocasiones envié correspondencias, para consultar sobre este asunto, pero no he tenido respuesta. Desde ya, muchísimas gracias por vuestro tiempo.

Anónimo dijo...

Hola amigos, un saludo cordial a la distancia. Los mejores deseos para este comienzo de año, anhelando disfruten un 2013, sobremanera especial. Quería consultarles brevemente cómo podría hacerme del premio ganado en la última edición de vuestro certamen literario. Reiteradas ocasiones envié correspondencias, para consultar sobre este asunto, pero no he tenido respuesta. Desde ya, muchísimas gracias por vuestro tiempo.

Centro Cultural del Tango Zona Norte dijo...

Si, estamos teniendo problemas con nuestra casilla de correo. Desde principios de año, por razones que desconozco, no nos deja enviar mensajes. Tratamos de contestar las inquietudes desde aquí o desde nuestra cuenta de facebook. Esta semana, si dios quiere, estaremos remitiendo los premios y certificados correspondientes a la edición 2012 de nuestro certamen, el ejemplar con las obras ganadoras y las bases del concurso de este año que comienza en pocos días, al iniciarse marzo. Saludos!!!

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