Crónica por Rubén
Fiorentino
En otro tiempo significaba la mayoría de edad,
con poco menos que eso, Alfredo Le Pera no dudaba en asegurar que no es nada y
nosotros aficionados a un juego de naipes tradicional, afirmamos que “Para el
tanto es poco” y con ese nombre denominamos al espectáculo ofrecido en el
Teatro Municipal “Del Viejo Concejo” el pasado sábado 22 de septiembre.
Fíjese que tan aficionados somos, que en
ningún momento mencioné envido ni truco para evitar consecuencias posteriores.
Ante una buena concurrencia, que debió ser mayor de no mediar una condición
climática incierta, con los compases del tango emblema “De Academia” se
iniciaba este nuevo acto institucional del Centro Cultural del Tango Zona Norte,
Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango.
Jorge Gatti conductor del espectáculo fue
encargado de dar las palabras de bienvenida para cederme luego el uso del
micrófono.
El tiempo otorgado, que necesariamente debe ser breve por el público
presente, que no llegaba allí para escuchar alocuciones, lo empleé para
recordar detalles de la fundación, a los muchos amigos que se nos adelantaron
en partida y a las entidades amigas que nos acompañaron en nuestro proceso de crecimiento
institucional.
Precisamente en nombre de una de las
mencionadas pidió y se le concedió la palabra a Jorge Tirigall, presidente de
la Asociación Hijos y Amigos de Amigos de San Isidro que historió las distintas
conducciones del Centro Cultural hasta la que me toca llevar adelante y ponderó
la labor sin pausa que desarrolla nuestra entidad en pos de establecer un polo
tanguero en esta parte del conurbano bonaerense.
Agotado esta suerte de prólogo era tiempo
que los artistas comenzaran a mostrar sus virtudes y serían Claudio Tejo y Hugo
Pagano quienes para beneplácito de los presentes brindaron una inolvidable
versión de Mal de amores.
Luego de tan brillante comienzo sería una
dama quien acapararía la atención de todos, Patricia Dinelli que no desperdiciaría
la oportunidad de lucirse con páginas como Contame una historia, Canción de las
simples cosas, Lágrimas de sangre y La canción de Buenos Aires que merecieron
ruidosos aplausos y obsequio floral entregado por el tesorero del Centro
Cultural, Ricardo Demelli.
La alternancia programática dama-caballero
imponía que entrara al ruedo Carlos Mazza anunciado por el socio fundador
Rafael Ruffet a quién Gatti, temporalmente cedía el micrófono y el hombre dio
cuenta clara de su bien ganado prestigio interpretando en singular estilo Sin
lágrimas, La última, La última curda y De igual a igual.
En tanto, el crédito local, Norma Labat
aguardaba expectante para deleitarnos después con Quedémonos aquí, Pequeña,
Esta noche de luna y El clavelito que pusieron rúbrica a su actuación retribuida
por aplausos del soberano y flores de nuestra entidad de manos del
vicepresidente Héctor Moyano.
En tanto estas cosas acontecían nos
acompañaban en la sala las cantantes Marcela Duval y Esther Alí, representantes
de SADE Filial Zona Norte, Círculo de Poetas de Boulogne, Sociedad Cosmopolita
de Socorros Mutuos de San Isidro, Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y
Cultural Dante Alighieri, Asociación Hijos y Amigos de San Isidro, el Sr. David
Robertson Gunn director del Teatro Municipal Del Viejo Concejo, aún convaleciente
de un problema de salud que venía especialmente a acompañarnos, socios y directivos
del Centro Cultural y público en general.
Como antesala de ese final que se venía
acercando tuvieron oportunidad de ser nuevamente protagonistas exclusivos del
espectáculo Tejo y Pagano y lo hicieron con una versión soberbia de El
entrerriano.
No aún acalladas las ovaciones que
despertó la actuación de los músicos llegaría quien iba a dar broche a una
jornada plena en tangos, Quique Ojeda de pasado exitoso en las filas de José “Pepe”
Basso. Revalidando pergaminos nos regaló Mano cruel, Que te importa que te
llore, Amante Corazón, Vieja amiga, Uno y Cosas olvidadas.
Luego vendría ese final con todo el elenco
sobre el escenario ofrendándonos a modo de yapa, La cumparsita en fenomenal coro
de damas y caballeros.
A punto de despedirnos y con toda la Comisión
Directiva sobre escenario para que recibieran del público la felicitación por
gestar tamaño espectáculo, una nueva emoción, a la postre la última, sacudiría la
noche lugareña, la presencia de Guillermo Galvé para recibir los atributos que
lo convertían en Socio de Honor del Centro Cultural de manos de Norma Labat,
Jorge Gatti y Héctor Moyano.
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