Decisión de fundar una entidad
Corría el año 1997, quien esto escribe ya
había presentado un proyecto para fundar una entidad de tango en el partido en
la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Isidro a cargo entonces de
la Sra. Carmen Lamberti. Tras una cordial entrevista y el visto bueno de la
funcionaria, la burocracia administrativa hizo que el proyecto durmiera el
sueño de los justos en algún olvidado cajón. Paralelamente, impulsado por Mario
Sejas, entonces gerente administrativo de la Academia Nacional del Tango se
había encaminado otro en la misma dirección. Coincidentemente ambos intentos señalaban
a un nombre que podría ser parte importante de la entidad a gestarse: Roberto
Peregrino Salcedo, residente en el partido, más precisamente en la calle
Plácido Marín 2031 de Boulogne.
Roberto con el que ya tenía contacto pues lo
había invitado a una entrevista en mi ciclo radial “Abriendo un camino” me
llamó en el mes de julio de ese año, sabiendo de mi relación con otros
difusores, músicos, bailarines, historiadores y cantantes para que los invitara
a concretar una reunión tanguera en Avda. Del Libertador 16208 el viernes 1° de
agosto a las 11 de la mañana. No sin pocas manifestaciones en contra de
realizarla en tal horario, en día laborable por parte de mis convocados, llevé
a cabo solícitamente mi labor. Confieso
que cuando manifesté en el seno familiar que lo lamentaba, pero por razones
laborales no iba a poder concurrir fue unánime la opinión de mi esposa y mis
hijos que no podía estar ausente. Por entonces, trabajador activo en el rubro
telefonía estaba realizando tareas en la oficina Buen Orden, pleno barrio de
Constitución. Ingresaba a las 8, cortaba de 12 a 13 para almorzar y retornar a
esa hora para completar la jornada. Salvé la cuestión ingresando a las seis, interrumpiendo
a las 10 para ir a San Isidro y resignando mi almuerzo retornar a las 13
calculando los viajes de ida y vuelta y el tiempo que podría demandar la
reunión. Tal decisión me hizo ser partícipe activo de esta gesta que se inició
aquel día y que derivó luego en la fundación del Centro Cultural del Tango Zona
Norte.
La reunión
Representantes de las distintas
disciplinas que engloba nuestra música ciudadana, poetas, músicos, cantantes,
bailarines, difusores, historiadores y aficionados en general estaban allí, en
la Casa de la Cultura de San Isidro respondiendo a la convocatoria. Incluso una
inmensa cantidad de oyentes de FM Santa Rita “La tango de San Isidro” como
solía llamarla su director Rafael Zarlenga. A todos los guiaba el mismo
propósito aunar esfuerzos para crear una entidad que nos representara. Claro,
apasionados como somos los tangueros no pasaría mucho hasta que empezaran las
primeras disputas. Los representantes de Vicente López con Claudio Ledesma como
cabeza visible, abogaban por denominar a la entidad que pretendíamos fundar
Julio Martel, en homenaje a tan calificado intérprete mientras los
sanisidrenses entre los que puedo incluirme junto al hermano del cantor, “Teté”
Fiorentino, Pedro Mario Ríos y José Ángel Abratte proponíamos Raúl Iriarte.
Otro tema de disputa fue el lugar donde sentar residencia. Los sanfernandinos
intentaban llegarla para sus pagos, pero ya había una flamante entidad allí y
San Isidro no contaba con ninguna, por eso y por lo que influenció “la barra de
Santa Rita” salió la decisión final. Luego aconteció una discusión a viva voz
entre Elisa Solier y Héctor Salas por viejas rencillas sostenidas oportunamente
en la Casa del Tango de San Fernando que con poco tino intentaron instalar en
la entidad que comenzaba a gestarse y amenazaban el buen cierre de la reunión.
Felizmente, en el momento más álgido alguien le dio paso a una cantante,
presente en la reunión que entonando Malena calmó efectivamente los ánimos. Con
la designación de una comisión provisoria para tratar de darle forma orgánica a
la nueva entidad culminaba minutos después la hoy histórica reunión donde se
sentaron las bases para el que sería a poco el Centro Cultural del Tango Zona
Norte.
La Comisión provisoria
Roberto Peregrino Salcedo a cargo de la
Presidencia me confió la Secretaria de la comisión constitutiva de la que
participaban también Eduardo Frega, Anibal Hugo Gabarrella, Miguel Ubaldón,
Mirta Sánchez, Juan Perri, Claudio Ledesma, Atilio Spadaro, Rafael Ruffet, Laura
Gaineddu, Roberto Rolón y Rafael Zarlenga. Mucho entusiasmo reinaba en aquel
grupo donde se establecieron tempranamente los objetivos fundacionales. Por su
parte un allegado a nuestro entorno, el historiador Jorge Tirigall había
entregado al entonces concejal Lolhe los argumentos para declarar a la entidad
que nacía como de Interés Municipal. Concretada finalmente la fundación del
Centro Cultural del Tango Zona Norte tengo frescos aún los esfuerzos de Frega
para acelerar los trámites legales para concretar las formas institucionales, a
Rafael Zarlenga aportando aquella pintura Tal para cual de Hugo Pendziuch que
adoptaríamos como logo, a Roberto Rolón mandando a imprenta hojas y sobres
membreteados que servirían para formalizar correos, invitaciones y pedidos, a
Miguel Ubaldón recorriendo emisoras con el ánimo de ganar adherentes, a Aníbal
Hugo Gabarrella ofreciendo aquel local de su propiedad del que con esfuerzo
había logrado deshacerse de sus inquilinos para que sea nuestra futura sede, en
fin a todos poniendo su granito de arena para que esto que esperanzadamente
lanzáramos el 18 de septiembre pudiese perdurar en el tiempo.
Presentación en Sociedad
Nos cuidamos mucho de no exponernos a
actos fallidos durante aquel 1997 y preparamos concienzudamente aquella
presentación en Sociedad que se concretó finalmente con gran pompa en el cine
teatro Stella Maris el 27 de marzo de 1998. Mario Sejas, una suerte de padrino
de la entidad aportaba el conocimiento que tenía del ambiente tanguero y nos
vinculaba con verdaderos referentes, que en la jornada de presentación
designaríamos Socios de Honor. Eran ellos Julio Martel, Roberto Rufino, Osvaldo
Ramos, Raúl Lavié, Néstor Marconi, Fernando Suárez Paz, Leopoldo Díaz Vélez,
Eduardo Colombo, José Gobello, Oscar Ferrari y Gius. La Orquesta Municipal de
Tango del vecino partido de San Martín con Reynaldo Nichele en las cuerdas, en
la que a la postre sería su última presentación pública y Pascual “Cholo”
Mamone en la dirección, serían los animadores de la velada que condujo con
sobriedad un muy joven Gabriel Soria, hoy presidente de la Academia Nacional
del Tango. También allí, en los prolegómenos surgieron las discusiones
acaloradas. El motivo de ellas la elección del tango ritual que inauguraría la
jornada. Un grupo liderado por Roberto Peregrino Salcedo se inclinaba porque
tenía que ser Carlos Gardel quien protagonizara el primer tango ritual, otro
entre los que fervorosamente militaba, opinaba que siendo la fecha fijada 27 de
marzo de 1998, no podía estar ausente Enrique Santos Discépolo, justamente en
el aniversario de su natalicio. La solución salomónica fue Malevaje del
boquense Juan de Dios Filiberto y del “del talento enorme y la nariz” cantado
por Carlos Gardel con justificación del socio fundador Jorge Bottino.
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