Cronica por Rubén
Fiorentino
No acallados aún los ecos de la
repercusión alcanzada por las jornadas 1 y 2 de la muestra “2 x 4 x 2 en
grises” de los pintores Rolando Sa Fleitas y Dante Arias tuvimos oportunidad de
asistir a la 3 y la 4 para de esa forma culminar la primera semana.
Decir que hubo de todo como en botica
quizá suene a exagerado, pero tampoco estuvo tan lejos de la realidad. En la
jornada 3 inesperadamente sufrimos la baja de Jorge Bottino pero con esmero e
imaginación logramos suplir su ausencia en una jornada que tras las palabras de
bienvenida de quien esto escribe y el agradecimiento por las presencias
del anfitrión Mario Calónico se inició
con el tango ritual que en la oportunidad fue Fondín de Pedro Mendoza de Raúl
de los Hoyos, Ivo Pelay y Luis César Amadori en la voz del “Imbatible”.
Justifiqué la elección destacando a uno de
sus autores, precisamente Amadori nacido en Pescara, Italia el 28 de mayo de
1902 y fallecido el 5 de junio de 1977. Hice mención de su condición de
letrista, compositor, empresario, director cinematográfico y periodista. Me
ocupé brevemente de mencionar sus filmes más renombrados, algunas de sus
composiciones y puntualmente las que le llevó al disco el “Zorzal” y el tiempo
calendario que ocurrió.
Finiquitada la forma que planeamos cada
inicio cedí el uso del micrófono a Hugo Urquiza Bardero de la Universidad
Nacional del Nordeste que se encargó de hacer una breve referencia de los
artistas, que ya había realizado en anteriores oportunidades, pero como el
público se renueva, valía la pena su intervención.
Tanto Sa Fleitas como Arias
hicieron referencia a la técnica utilizada, el uso de carbón para dibujar sobre
la tela y puntualmente en la obra N° 2 la presencia de Gardel corporizado en un
ángel que vela sobre dos bandoneonistas ejecutantes de ese tango que él llevó a
un nivel de excelencia. Ambos artistas hablaron de su pasión por el tango en general y sobre Gardel en particular y su decisión de armonizar un trabajo conjunto exaltando esa musa inspiradora. En tanto la platea absorta escuchaba tan cautivante relato Bardone apartándose del libreto me formulaba por lo bajo un pedido que no dudé en complacer. El hombre se salía de la vaina por ofrecernos su recitado del poema Carlos Gardel de Héctor Gagliardi y demostró con holgura su capacidad para hacerlo. Con un decir compadre no exento de emoción le dio vida a los versos del que apodaron “El triste” recibiendo a cambio cerrados aplausos. Claro que esta no sería la única “yapa”. El programa original anunciaba la presencia del cantor Juan Carlos Guillén que sobre pistas nos ofrendaría algunos de los temas de su repertorio. Resulta que el hombre no llegó solo sino que lo acompañaba Rubén “Pocho” Villegas a decir de mi amigo “Chiche” Philipp, que hace unos años se nos adelantó en la partida, “el mejor fueye de Zona Norte” y por si esto fuera poco, estando Héctor Moyano presente en calidad de público se lo invitó a cantar también y ambos concretaron un inesperado final celebrado ruidosamente por los presentes.
Alteré deliberadamente el orden
cronológico en el que sucedieron las cosas para destacar la brillante alocución
de Jorge Tirigall, que nos hizo una pormenorizada exposición de las presencias
de Carlos Gardel en San Isidro y los hitos erigidos en nuestra “patria chica” que
lo recuerdan. El presidente de la Asociación “Hijos y Amigos de San Isidro”,
profundo conocedor del tema precisó las fechas puntuales de esas presencias
agregando además algún detalle de color que emulando a un eficiente mago
siempre saca “de su galera”.
La jornada N° 4 acusó el reintegro de
Bottino superado a medias su problema de salud, pero también la deserción por
motivos inesperados de Arias y Bardone que debieron regresar a su provincia de
origen. No obstante, como dicen los artistas ante cualquier infortunio: “la
función debe continuar y así lo hicimos.
Sa Fleitas se ocupó de explicarnos la
visión que tuvo Dante Arias para poder plasmar sobre la tela una obra que a
diferencia de las ya vistas incorpora palabras porque el tango además de música
es poesía y a diferencia de los negros y grises de las otras obras esta también
sumaba color. Decía Sa Fleitas que la música y la poesía de la pintura l deberá
imaginar cada uno de los espectadores y que ella no necesariamente deberá
coincidir con las que imaginó el artista.
La charla de la jornada a cargo de
Oscar Roberto Bosco Ortega nos llevó a Gardel al escenario del tiempo que le
tocó vivir, la negación de él y su madre a reanudar el vínculo con su padre
biológico, las diferencias que existían entre el mito al que le atribuyó un
rango religioso y la leyenda a la que situó en el marco de las cosas paganas. En
su alocución se apoyó reiteradamente en el libro publicado por Julián y Osvaldo
Barsky del que Mario Calónico objetó una narración donde los autores ubican a
Gardel rompiendo los boletos de una frustrada fija en el Hipódromo de San
Isidro, cosa que jamás sucedió puesto que Gardel fallece el 24 de junio y el
hipódromo se inaugura el 8 de diciembre de 1935. La charla se hizo amena por el
grado de participación de los espectadores que iba permanentemente enriqueciendo
el contenido. Muchos aplausos premiaron la exposición y tras un necesario paréntesis para tomar té, café e ingerir algunas vituallas Bosco Ortega asumió el rol de músico para secundar con su guitarra eficazmente a Héctor Moyano que se lució en varias interpretaciones. De esta forma agotábamos el programa de la primera semana que continuará el día 3 del mes entrante para culminar el sábado 7 tal como está previsto.
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