Crónica
por Rubén Fiorentino
Cuentan que fue por San Isidro que comenzó
esta historia. Corría 1992 cuando José Mario Calónico, calabrés de nacimiento y
gardeliano por convicción inició estos homenajes que se prolongan en el tiempo
para quedarse instalados allí como una cosa lógica, necesaria, imprescindible…
Así lo asumimos quienes contagiados de ese
berretín nos sumamos a la gesta y le damos el marco que cada uno de estos eventos
merece. No importa el frío, lluvia o cualquier contingencia meteorológica adversa.
Es un compromiso de honor concurrir a la cita y así lo hacemos, convencidos que
el que nos sonríe desde el bronce lo merece. Con la profunda alegría que
produce ver todas las butacas del cine teatro Stella Maris ocupadas quién esto
escribe y Rafael Ruffet tenías la inmensa dicha de inaugurar una jornada
formidable.
Con
la bienvenida de rigor y el agradecimiento por las presencias consumadas solo cabía
entonces iniciar lo que sería una noche inolvidable. Inauguraron artísticamente
la reunión los bailarines María Alejandra Riva y Paulo Bidart danzando al
compás de Muñeca Brava.
Sin acallarse aún los aplausos que generó
su actuación subía al escenario que alguna vez pisó Carlos Gardel la Sra.
Débora Fernández Almada acompañada del guitarrista Fabián Alomo que nos deleitó
con sus interpretaciones de Uno, Nada y Nostalgias. Lucida fue la
interpretación de esta dama que hacía su debut absoluto en esta casa, además,
doblemente meritorio lo suyo pues el tango no es un género que habitualmente
cultiva. Como representante del laureado grupo “Las Perlas del Tango” cuyo
orientador, Claudio Durán no pudo concurrir a la cita por compromisos
previamente concertados, llegaba a continuación Fernanda Vega, excelente
cantante reconocida en esta parte del conurbano y aún allende la Avenida
General Paz donde sabe presentarse con regular suceso. La dama haciendo honor a
sus bien ganados pergaminos bien secundada desde la guitarra por Carlos Rubén
Salazar se lucía con Duelo criollo, La luz de un fósforo, Y te parece todavía y
Naranjo en flor, este último agregado por el clamor del público.
Para darle broche al primero de los dos
actos en que se planificó el homenaje le tocaba hacer el cierre a Jorge Tortosa,
representante de “Los Cantores de Zona Norte” y no se hizo rogar este joven
intérprete en pleno ascenso profesional que nos regaló Que me van a hablar de
amor, Confidencias, Y qué si ya te vas, Es el amigo que hoy necesito y Mi vieja
viola, acompañado por el siempre eficiente Salazar.
Tras el paréntesis de escasos 10 minutos
ocupó la atención el historiador Jorge Tirigall que se ocupó de destacar episodios
que relacionan al “Zorzal criollo” y su entorno a la “patria chica”, San
Isidro. Después, como cada año llegaría el turno de las distinciones que produce
anualmente la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”.
El distinguido en la oportunidad fue el periodista, escritor e historiador
Nazareno Scialpini que recibió de manos de las autoridades de la entidad
mencionada una plaqueta que lo llenó de emoción.
También se dio a conocer la muestra
pictórica de los artistas de la provincia de Chaco, Rolando Sa Fleitas y Dante
Arias, el tango ritual de autores italianos que inaugurará cada jornada, las
diferentes charlas que se ofrecerán cada día sobre distintos aspectos de la
vida del “Zorzal” y las actuaciones en vivo de cantores, cancionistas, coro y
banda escuela.
Después de la merecida mención a las autoridades,
medios de difusión, representantes de entidades y personalidades varias que nos
acompañaban y la recordación de los cumpleaños de Elsa Tablado, presente en la
sala, Jorge Villar, Luis Caroprese, Karina Beorlegui y Juan Canaro se inició artísticamente
la segunda parte con Alejandra Palermo recitando con voz en off una letra de su
esposo Oscar Ferreyro los bailarines se hicieron dueños del escenario
realizando sus figuras coreográficas al son de Milonga de Buenos Aires.
El trío conducido por Daniel Lamberti en
piano a quien secundaron Fernando Martínez en bandoneón y Raúl Martínez en bajo
se aprestaba ya a acompañar a Alejandra en su evocación gardeliana que incluyó
pasajes de Lejana tierra mía, Cuesta abajo, Volver y Mi Buenos Aires querido y
prosiguió después con Melodía de arrabal, Cuando tú no estás y Golondrinas.
Nuestra amiga, largamente aclamada debió continuar
su actuación después de una nueva entrada de los eximios bailarines Riva y
Bidart con Anclao en París, Soledad, Desencuentro, Persiana y silencio y el
cierre con cantante y bailarines en acción en una formidable Milonga
sentimental que contó también con la participación del público.
Los representantes de la entidad italiana
siempre gentiles, hicieron obsequio a las damas de ofrendas florales que
culminaron un evento que costará mucho olvidar, sobretodo, por las
felicitaciones que nos manifestaron los presentes al egresar de la sala, las
palmadas de aprobación, los abrazos y el deseo manifiesto de que continuemos
por la senda trazada.
En boca de nosotros, en tanto, estuvo
presente el hondo agradecimiento por acompañar esta propuesta y el pedido
esperanzado que nos sigan renovando el crédito como hasta ahora en esta
singular cruzada.
Fotos gentileza Ricardo Demelli.
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