Crónica por Rubén
Fiorentino
Fue ayer nomás, en el sitio donde solemos
hacerlo, el Teatro Municipal “Del Viejo Concejo”, donde el Centro Cultural del
Tango Zona Norte, Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango
rindió tributo al santo labriego, patrono de la comarca.
“San Isidro, ciudad tango” rezaba el
título de un espectáculo que a juzgar por los nombres que integraban el elenco
tenía que resultar fantástico y los pronósticos no tardarían en confirmarse.
Minutos después de la hora 20:00, con los
compases del tango emblema De academia daba comienzo a un nuevo acto
institucional, el segundo del año que transitamos.
Con una sala que albergaba una importante
concurrencia donde divisábamos a difusores(Pedro Cahue y Ricardo Peneff), cantantes(Jorge
Tortosa, Marcela Duval y Juan Carlos Guillén), representantes de entidades amigas(San
Isidro Automóvil Club, Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural Dante Alighieri,
Centro de Estudios Martinenses, Asociación “Hijos y Amigos de San Isidro”,
Orquesta de Conciertos de San Isidro”, Peña folklórica "Cielito de San Isidro"), poetas(Oscar Vera y Richard Saenz), historiadores
(Nazareno Scialpini y Jorge Tirigall) etc.
Como corresponde fue el conductor del
espectáculo, Rafael Ruffet quien dio la bienvenida a tan selecto público para
cederme luego la palabra que utilicé para agradecer las presencias y justificar
de alguna manera esa inclinación tanguera del terruño que se remonta a los orígenes
mismos de la música ciudadana. Traté der ser breve porque por supuesto quienes
allí se daban cita no llegaron para escuchar grandes disertaciones sino para
disfrutar de las bondades que ofrecía la reunión.
La danza había pasado y el canto ahora
hacía presencia en el escenario encarnado en esa exquisita cancionista que es
Ester Alí, que fiel a su impronta, hizo gala de una singular fuerza
interpretativa en páginas como Che bandoneón, En esta tarde gris y Desencuentro
para redondear su actuación con De igual a igual a pedido del público.
La alternativa dama caballero que
caracteriza a nuestros espectáculos imponía la presencia de Héctor Moyano que
en el corriente año celebra seis décadas con el tango. El oriundo del casco histórico
de la ciudad y hoy vecino de Beccar se anotaba con Esta noche de copas, Quiero
verte una vez más y Barrio reo, a las que, para satisfacer la demanda, debió
agregar Historia de un amor, la página de Almarán en tiempo de tango.
Los aplausos y ovaciones se sucedían
cuando Alejandra Palermo triunfadora del primero y único certamen de cantores y
cancionistas organizado por el Centro Cultural ocupaba el centro de la escena.
Un reencuentro más que grato para poder seguir cultivando ese vínculo amistoso
que se forjara desde aquella oportunidad y para continuar apreciando el
crecimiento de una magnífica intérprete que aún no llegó a su techo artístico y
de la cual pueden esperarse todavía superlativos éxitos.
La dama eligió para la ocasión Cordón,
Tinta roja y Cada vez que me recuerdes y como sus antecesores de la jornada,
tras el consabido… ¡Otra! tuvo que agregarles El último café.
El final estaba próximo, pero quedaba
tiempo suficiente aún para deleitarnos con un inolvidable Quejas de bandoneón
que nos regalaron Claudio Tejo y Hugo Pagano y para ese cierre apoteótico de
Roberto Chaleán que llegó precedido de aquel poema que le escribí cuando
cumplía sus sesenta años con el tango que sorprendió y emocionó al intérprete.

La sala desbordaba de emoción, era el
remate de una jornada brillante que quizá quedó sintetizada en ese abrazo que
nos dimos con Chaleán cundo finalizó su labor y con la presencia de Comisión Directiva
en pleno del Centro Cultural en el escenario para recibir el justo premio al
esfuerzo realizado para concretar el evento.
Fotos Gentileza: Ricardo Demelli, Marcela Duval y Jorge Tortosa.
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