viernes, 11 de abril de 2014

Troilo: Segundo decálogo

Por Esteban y Rubén Fiorentino

"Dime con quién andas y te diré quién eres...", así reza un viejo axioma de autor dudoso y probable origen ibérico. Es de uso cotidiano desde hace más de cuatrocientos años y fue empleado por el mismísimo Cervantes en el El Quijote. El encanto que entraña es la simplicidad que nos permite escudriñar lo insondable, definir a una persona, con sus virtudes, defectos y ambigüedades, a traves de terceros y sus vínculos con ellos. Tal vez sea ése el mayor mérito de un refrán que nos viene como a la medida para seguir desandando la vida de uno de los íconos máximos de la cultura tanguera, Anibal Troilo.
 
En el año de su centenario, y cumpliendo con el compromiso asumido previamente, compartimos un nuevo aspecto de su brillante trayectoria.  Esta vez, abordaremos a sus Cantores, puesto ellos que fueron los elegidos para ponerle voz y sentimiento a cada una de sus interpretaciones.
 
Ser Cantor, de Orquesta y de un número uno como Troilo requiere de una personalidad especial, no cualquiera tiene la capacidad de plantarse frente a una formación a sala (o salón...) llena y dejar fluir a través de su gola las palabras que complementan a la música en una fusión, una simbiosis mística que ontológicamente crean un ser superior, capaz de trasadarnos a lugares, sensaciones, colores o aromas que acaso jamás habíamos percibido.
 
Si nos planteáramos la difícil misión de realizar una radiografía del "Cantor de Troilo", además de reparar en lo "pesada de la camiseta" para aludir a otro refrán (esta vez futbolero), tendríamos que agregar la idoneidad de Pichuco en la materia no permitía improvisados.  Existen incluso testimonios del Gordo entonando versos en forma amateur y casera.  Resumiendo, el "Bandoneón mayor de Bs. As." no sólo tenía oído sino elementos para juzgar la calidad de sus vocalistas y, cual entrenador de fútbol, eligió con ahinco cada una de las piezas de su equipo para que su formación sea "una maquinita", no siempre logró reunir a los ingredientes que añoraba pero los resultados, a la hora de optar por sustitutos, fueron óptimos. 
 
Cuando Troilo en 1937 arma su propia orquesta va a buscar a Antonio Rodríguez Lesende para que sea su cantor y ante la negativa de éste pone en marcha el plan B que fue Francisco Fiorentino. El resultado, dar a luz a una de las duplas más brillantes y exitosas que tuviera el tango. "Fiore" era algo así como un instrumento más de la formación de "Pichuco". Los entendidos lo sindican como el prototipo del cantor de orquesta. Sesenta registros en la casa Víctor lo ubican al tope de los vocalistas que perpetuaron en los surcos del disco su voz con Troilo y sus muchachos.
 
- Francisco Fiorentino
 
Eran tiempos que la orquesta sonaba un tanto más acelerada, la mítica década del 40´, donde Juan D´Arienzo, "El rey del compás", marchaba a la vanguardia en el gusto de los bailarines y el resto de sus colegas no quería permanecer a la zaga.

"Fiore" se había iniciado en el tango como bandoneonista. Recibió el instrumento de su hermano Vicente y estudió con el uruguayo Minotto de Cicco, quien integrara durante años las filas de Francisco Canaro.  Precisamente la orquesta de Pirincho le abrió las puertas a Fiorentino, en 1929, como ejecutante, primero y como "estribillista", después.  En esa doble función se destacó en las mejores orquestas de la época, pasando por las formaciones del propio Di Cicco, Roberto Firpo, Juan D' Arienzo, Pedro Maffia, Juan Carlos Cobián y Roberto Zerrillo donde daría un paso más, al entonar íntegramente la letra de "Serenata de amor", de Zerrillo y Oreste Cufaro, en una grabación.  De esta forma se inauguraba la era de los cantores de tango.

Para Ricardo García Blaya, Fiorentino fue el "arquetipo de los 'cantores de orquesta', concepto que describe sintéticamente la principal característica del tango de los años cuarenta, donde el cantor era un integrante de la formación al igual que los músicos".

Estuvo junto a Troilo poco más de seis años, debutó en el cabaret Marabú el 1º de Julio de 1937, desvinculándose en marzo de 1944, y dejó para los tiempos éxitos como Gricel, De Barro, Garúa, etc.
 
Sin duda fue un comienzo por demás alentador en el rubro cantoral que continuaría con otro de los grandes intérpretes que diera la música ciudadana, Alberto Marino, "La voz de oro del tango".
 


- Alberto Marino

"El tano" le pisó los talones a "Fiore" en cantidad de grabaciones, fueron 52 las veces que registrara su arte en la placa sonora y además se dice que fue quien intercediera para que en lugar de Orlando Verry, el elegido inicialmente por Troilo para reemplazar a Fiorentino que se desvinculaba, llegara a la orquesta "El tata" Floreal Ruiz.
 


- Floreal Ruíz
 
Que decir de Floreal que ya no se dijo es una empresa por demás difícil. El vocalista provenía de la orquesta de Alfredo de Angelis dispuesto a reverdecer laureles y vaya si lo hizo. Viejos títulos que ya había transitado en la formación de "El colorado de Banfield", Marioneta, Como se muere de amor, etc, y otros que se sumaban como Equipaje, Flor de lino, Narano en flor y fundamentalmente Romance de barrio son algunos de sus registros memorables.
 


- Edmundo Rivero
 
Como todo, Marino cerraba un ciclo y lo reemplazaría otro de los grandes referentes que tuviera el tango, Edmundo Lionel Rivero.  Aquel que fuera cuestionado en la formación de Salgán por su voz particularmente grave que según los responsables de la grabadora lo encontraban poco atractivo para el público.
 
Otro acierto rutilante sin duda. "El feo que canta lindo" nos legó para los tiempos obras de la talla de Tú, Milonga en negro, El último organito, Cafetín de Buenos Aires y su insuperable versión de esa monumental obra fruto de la inspiración de "Pichuco" y "El poeta de Añatuya", Homero Manzi que fue Sur. Por supuesto tampoco se podrán olvidar sus dúos con "El gallego" Floreal en páginas como Gardel-Razzano y Lagrimitas de mi corazón.



- Jorge Casal
 
Otro vocalista que transitó con suceso por la formación de "Pichuco" fue el crédito de Villa Urquiza, Jorge Casal. Salvador Papalardo, tal su nombre civil, permaneció junto al "gordo" desde 1950 a 1955. Fruto de esta feliz unión artística sobrevendrían una veintena de registros fonográficos que quiza no tuvieron la jerarquía deseada por haber sido realizadas en un sello grabador, TK inferior en calidad técnica a RCA Víctor y Odeón las otras empresas donde registró sus trabajos. La voz de Casal apareció doblando en las partes cantadas al primer actor Jorge Salcedo en el film nacional Mi noche triste, donde éste personifica a Pascual Contursi "el padre del tango canción".  La dupla Troilo-Casal deja en el disco formidables testimonios como Ventanita de arrabal, Barrio viejo del 80, Una canción, La cantina, Amigazo, Milonga del mayoral, a dúo con Raúl Berón, igual que Vuelve la serenata, Patio mío, Carmín, Los cosos de al lao, Uno, Che, bandoneón, El patio de la morocha, Flor campera, Mi vieja viola, Buenos Aires, La violeta, Del suburbio y Araca corazón.
 


- Raúl Berón
 
Siguiendo el derrotero obligado de vocalistas que transitaron con suceso la formación de "El bandoneón mayor de Buenos Aires" queremos detenernos en ese grande que fuera Raúl Berón. Miembro de una familia que aportara al tango formidables cantores, cancionistas y músicos, Raúl llegaba a la orquesta precedido de pasos destacados en formaciones tales com Miguel Caló, Argentino Galván, Lucio Demare y Francini-Pontier sin contar sus presentaciones como solista acompañado de guitarras.

Julio Nudler lo ubica entre los mejores cantores de orquesta junto a Roberto Goyeneche y Floreal Ruíz y, coincidentemente, lo sitúa en la época dorada del género.  Lo describe como "un cantor cálido e íntimo, que giró en el circuito del tango más elaborado" y que supo manejar la versatilidad de tonos y climas necesarios para abordar las páginas más variadas.

Llegó a las filas de Pichuco luego de incursionar en las orquestas antes citadas y prácticamente no volvió a presentarse con otra formación, luego de desvincularse de Troilo.  En total legó para los tiempos xx grabaciones entre las que se destacan Ivette, Malena, Un tango para Esthercita, Corrientes angosta, Pero yo sé, El choclo, Un momento, Mensaje, Cualquier cosa. Medianoche, Discepolín, De vuelta al bulín y No Place, que compartimos a continuación...
 


- Roberto Goyeneche

El "Polaco" con paso previo en las orquestas de Raúl Kaplún y Horacio Salgán coincidió en esta última formación con la presencia de otro excepcional cantor Ángel "Paya" Díaz. Según manifestara en reiteradas oportunidades el otrora colectivero del barrio de Saavedra de él tomaría algunas formas de expresión que enriquecería luego al compartir sus actuaciones en la formación de "Pichuco" con ese otro grande que fuera Roberto Rufino. Goyeneche llega a alistarse bajo la batuta de "El gordo" en el año 1956, tiempos estos no tan propicios para el tango, no obstante la magia de su canto lograba cautivar a generaciones que poco comulgaban con la música que nos identifica en el mundo, condición que mantuvo hasta el final de sus días cuando su voz se había opacado pero seguía conservando una personalidad avasallante que conjugaba con esos versos pronunciados en tono intimista o ese arrastre de alguna palabra que imponía su impronta. Había alcanzado la condición de ídolo y como en el futbol, sus fanáticos le perdonaban hasta las que "tiraba afuera"..."El Polaco" se atrevió con tangos tradicionales y otros más contemporáneos sin resentir su calidad interpretativa. Así su repertorio recreaba temas gardelianos como Pompas, Callejera. Lejana tierra mía o Íntimas por citar algunos, obras discepolianas como Soy un arlequín o Cafetín de Buenos Aires entreverados con Balada para un loco, Filosofía barata, Como la cigarra, etc. Párrafo aparte merecen obras que en su voz cobraron una dimensión rayana con la excelencia como A Homero, Desencuentro y principalmente La última curda. Veintiséis registros logró como vocalista de Troilo que luego fueron más cuando la empresa grabadora, ya desvinculados, los reunió para dos discos larga duración inolvidables: "El Polaco y yo" y "¿Te acordás, Polaco?"



- Ángel Cárdenas

La orquesta de Troilo había cobijado hasta entonces cantores nacidos en la cuna misma de la porteñidad, de la tierra que fue cuna de la bandera nacional, de la vecina orilla, de la tierra del Dante, del conurbano bonaerense provenientes de ciudades identificadas por los tiempos con el tango y con él se habría una nueva instancia, recibir a alguien del corazón mismo de la provincia de Buenos Aires. Desde su Chacabuco natal, con un decir "chacarero" llegaba otro inolvidable cantor como fuera Ángel Cárdenas. Su paso por la emblemática formación no fue tan extenso como muchos hubiésemos deseado, casi cinco años, pero fructífero en cuanto a registros de esos que se hacen una vez para "después romper el molde". ¿Quién podrá olvidarse acaso de éxitos como Chuzas, Callejón, Te llaman malevo y fundamentalmente La última, verdaderos "golazos" de este excelente cantor? También merece destacarse aquellos dúos inolvidables con Goyeneche en La calesita, Malón de ausencia y La flor de la canela que quedaron perpetuados para siempre en los surcos del disco.



- Roberto Rufino

El querido "pibe", vecino por muchos años de San Isidro y Socio de Honor del Centro Cultural del Tango Zona Norte llegaba en la década del 60´, más precisamente en 1963 a alistarse para sumar en una ya consagrada formación. Venía de trajinar innumerables escenarios y de haber estado a las órdenes de consagrados directores como Carlos Di Sarli, Miguel Caló, Francini-Pontier, etc.,no obstante todavía se podía dar más y vaya si lo hizo. Fueron 11 los registros logrados que se iniciaran con Frente al mar que data del 23 de Abril de 1963 y se cerraran con Siga el corso, del 13 de Enero de 1965. Entre estos quedan Ninguna, María, Quién lo habría de pensar, Quiero huir de mí, composición en tiempo de vals lograda en dúo con Goyeneche, Porqué la quise tanto, Desencuentro, Amores de estudiante, Que falta que me hacés y Mensaje.  Con bellas imagenes al tono, gentileza de los gomias de Youtube, compartiremos el debut del "Pibe" con "Pichuco"



-Elba Berón - Nelly Vázquez

Como en el clásico de Alejandro Dumas donde Los tres mosqueteros resultaron ser cuatro, aquí los diez cantores resultaron ser once, justo para decir "tenemos equipo". Es que a los otros nueve los habíamos escogido, siguiendo nuestro gusto personal, tratando de relacionarlo con la trascendencia que lograron en el público, caprichosamente, si a Uds. les parece y todo iba "viento en popa" hasta que llegamos a las dos únicas damas que integraron la formación: Elba Berón y Nelly Vázquez. La diyuntiva era ¿A quién excluir de la evocación?. Por mucho que le dimos vueltas el dilema no tenía otra solución más que ocuparnos de ambas y eso es justo que así lo hiciéramos.

Elba, como sus hermanos mayores José y Raúl comenzó su carrera profesional haciendo dúo con su hermana Rosita con la que logra un importante suceso. Al contraer matrimonio Rosita, el dúo llega al final de sus días y Elba emprende sola el camino que la llevaría a consagrarse en el gusto popular. Un estilo muy particular jalona sus actuaciones. La gracia, el desenfado y la fuerza interpretativa era su sello característico dándole a cada tema un tinte singular. Por supuesto que ello no podía ser inadvertido por un entendido en el canto como fue Troilo que no duda en llevarla a sus filas. Esto sucedía en Febrero de 1961 en una relación que se prolongaría hasta el 30 de Noviembre de 1963. Fueron apenas cuatro los registros logrados en este lapso de tiempo, Y a mí que, Cachirliando, Desencuentro y Coplas a dúo con Goyeneche. Sin duda no fueron las únicas obras meritorias que interpretaba junto a Troilo. A los que tuvimos la dicha de escucharlos a ambos nos queda acaso el amargor que no llegara a perpetuarse en el disco De mi barrio, una página que hacían de maravilla y que después la cancionista lo concretara ya en calidad de solista.



Nelly venía precedida de antecedentes superlativos. Había grabado con el quinteto de Astor Piazzolla, Bandoneón arrabalero, La casita de mis viejos, Cristal y María. Luego sería Mariano Mores quien la requiere para llevar al disco su tema Viejo Madrid, hasta que el 1° de Octubre de 1963 logró quizá la que sería su consagración definitiva cuando deja impresa en la placa sonora, ya como integrante de la formación de "Pichuco", el tango Madreselva. Otras quince veces más recorrería el camino de la grabación. Fue entre los años 1963 y 1966 que duró el vínculo artístico que se cerraría precisamente el 13 de Abril de este último año con Yo no merezco este castigo.  De entre esos dieciséis registros se destacan sin duda La canción del Ave María, Barrio de tango, Golondrinas y Galleguita. Curiosamente Nelly, que sigue hasta nuestros días llevando adelante su excelente carrera profesional, es requerida posteriormente a su paso por las filas de Troilo por Osvaldo Pugliese con quien lleva al disco el tango Mentira de Francisco Pracánico y Celedonio Esteban Flores.



Demás está decir que esta pretendida evocación que no habla de intérpretes que también revistaron en la orquesta como Amadeo Mandarino, Tito Reyes, Carlos Olmedo, Pablo Lozano, Aldo Calderón o Roberto Achaval tiene una animosidad contra ellos. Muy por el contrario, cantar en "la orquesta de Troilo" es como para cualquier futbolista "jugar en la primera de Boca" y eso por sí solo constituye un mérito. Simplemente nos planteamos elegir y adoptamos un criterio muy personal que pueden o no compartir. Amadeo Mandarino grabó apenas un tema, Pájaro ciego, a dúo con Fiorentino, Carlos Olmedo, dos, Recordándote y el cantor de Buenos Aires, Pablo Lozano, uno, Viejo baldío, y a Aldo Calderón le cupo la inmensa responsabilidad de suceder nada menos que a Floreal Ruiz. Calderón compartió cartel con Edmundo Rivero precisamente formando un dúo con el que debuta en el disco con Una lágrima tuya. La dupla se volvería reunir en otros registros como A unos ojos y la milonga Miriñaque. También transitó el disco como solista en páginas como Cuando volverás, Y volvemos a querernos. La despedida la hace en el sello TK con la página Tata no quiere.  Roberto Achaval no logró grabar ninguno y quizá el más discutible de todos en no haber sido considerado en esta nota fue Tito Reyes que logró verdaderos sucesos junto al "Bandoneón mayor de Buenos Aires" en obras como Yo soy del treinta, El conventillo o El último farol, obra que también marcaría la despedida de Troilo de los estudios de grabación.  A ellos, seguramente, los tendremos en próximos envíos para rendirles justo reconocimiento.


- Bonus Track... o Yapa, en criollo
 
Decíamos al comienzo la idoneidad de Troilo a la hora de jusgar y seleccionar a sus intérpretes y como si no hubiéramos podido persuadirlos queremos compartir esta curiosa versión de La Cantina.  Se trata de una grabación casera realizada en Uruguay en 1954 donde Pichuco además canta...

 

 
 
Fuentes:
 
- "Homenaje a Troilo". La Maga. Número 10, 1995 
- Lorenzo de Rufino, Perla - Colombo, Pedro; Roberto Rufino. Su vida y su obra. Corregidor, 2010.
-www.youtube.com (Perfil de Videos, a solo click)



No hay comentarios.:

+Enlaces

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

- Día Nacional del Bandoneón -

- Día Nacional del Bandoneón -
El 11 de junio se celebra el "Día Nacional del Bandoneón" en homenaje a un nuevo aniversario del natalicio del mayor exponente de ese instrumento, Aníbal Carmelo Troilo o simplemente...Pichuco