viernes, 5 de octubre de 2012

POR LOS CAMINOS DEL TANGO


Por Rubén Fiorentino
Corría el año 1925, tiempo en que arriba a este suelo el físico alemán Albert Eistein en el buque Cap Polonio, el mismo barco en que llegaba la delegación boquense de aquella gira inolvidable que marcó un hito en la historia del fútbol criollo. Tiempo que Gardel, con la guitarra de José Ricardo, graba en Odeón, el 2 de Octubre, Por el camino, la página de José Bhor y José González Castillo y antes, el 20 de Abril, sumando a Barbieri en el acompañamiento musical,  Caminito del taller cuya autoría le pertenece a Cátulo Ovidio Castillo.
Tiempo que en el país se realiza el Primer Congreso Panamericano de Carreteras. Fue precisamente el 5 de Octubre, fecha que Argentina instituyó para celebrar, en adelante, el Día del Camino. Entonces para destacar esto, desde la música ciudadana vale la pena recordar, tantas y tan buenas composiciones dedicadas a ese sitio de tránsito.

Juan de Dios Filiberto y Gabino Coria Peñaloza conciben hacia 1926, Caminito que en su partitura original aparece encuadrado como canción porteña. La página que más allá de las polémicas sobre si describe un paisaje de la popular barriada capitalina o un menos publicitado sendero riojano se convirtió en todo un clásico del género porteño persistiendo incólume hasta nuestros días.


Otra página presente en el repertorio de buena parte de los intérpretes tangueros es la zamba Por el camino, también conocida como Zamba del boyero, con música de Carlos Vicente Geroni Flores y letra de Benjamín Tagle Lara. No le va en zaga tampoco el tema Por el camino adelante que bajo el rótulo de canción conciben Lucio Demare y Joaquín Dicenta. Es precisamente el Trío Argentino, Irusta, Fugazot y Demare que la graba en su estancia en Barcelona para el sello Gramófono. Otra excelente versión de esta composición es la que registra en el sello CBS Columbia, el 12 de Junio de 1962, el cantor oriental Julio Sosa acompañado de las guitarras de Héctor Arbelo.




Fausto Frontera y Enrique Cadícamo dan a la luz a ese estupendo vals que es Cortando camino. Por el año 1930 la cantante Adhelma Falcón con las guitarras de Barbieri, Aguilar y Riverol lo lleva al disco en el sello Brunswick. Más acá en el tiempo, el 6 de Marzo de 1941, “El señor del tango”, Carlos Di Sarli, su orquesta y su cantor Roberto Rufino lo dejan impreso en la placa sonora en los estudios RCA Víctor. Que decir de Caminito soleado el tema que en forma de canción nos legaran Alfredo Le Pera y Carlos Gardel. Por supuesto que es insuperable el registro del “Zorzal” que data del 27 de Julio de 1934 en la Casa Víctor. No es de desdeñar tampoco la versión que nos legaran Osvaldo Pugliese y sus cantores Alberto Morán y Juan Carlos Cobos logrado en Odeón el 28 de Mayo de 1953 o el que logra Nelly Omar en 1978 en el sello Embassy con las guitarras de José Canet.


El camino de Buenos Aires es otra antiquísima pieza perteneciente a Francisco Pracánico y Luis Rubistein que fuera grabada en el sello Electra por Carlos Dante con acompañamiento de guitarras. Existe también, según reza su partitura, un tango milonga de Roberto Firpo que el autor de El amanecer tituló Por buen camino.
El polifacético personaje que fue Manuel Romero, periodista, hombre de teatro y de cine, poeta y seguramente algunas cosas más es autor de La canción del camino. Por su parte, María Elena Walsh es autora de Canción de caminantes. Vicente Demarco, aquel talentoso pianista y compositor dio vida a Camino, aquella página que le perpetuara en el disco Osvaldo Fresedo con su cantor Carlos Mayel.
En este ejercicio de citar al camino en el título de los tangos podemos apuntar a Cacho Castaña con Voy camino a los cincuenta, sin olvidar por supuesto a Camino del Tucumán, aquella página fruto de la inspiración de José Razzano que llevaran al disco, entre otros Rodolfo Biagi, su orquesta y el cantor Albero Amor. Fue en el sello Odeón el 23 de Mayo de 1946, pero sin duda será difícil emular aquel registro logrado en Víctor el 14 de Junio de ese mismo año por Aníbal Troilo, su afiatada formación y sus cantores Alberto Marino y Floreal Ruiz.
Eusebio Marcilla
Aquel recordado corredor de Turismo de Carretera, conocido como El caballero del camino fue homenajeado por sus permanentes gestos con una milonga, A Eusebio Marcilla, que le grabara Raúl Ledesma con Nicolás Parasino en el sello TK, aunque también hay quienes aseguran que existe otra versión registrada en Odeón. Manuel Romero al que ya habíamos citado, fue director del film nacional La rubia del camino que contaba con un elenco que integraban Paulina Síngerman, Fernando Borel, Enrique Serrano, Sabina Olmos, María Esther Buschiazzo, y Marcelo Ruggero, entre otros.
Si nos referimos a lugares de tránsito no podemos obviar tampoco a Senda florida, esa hermosa página que en 1928 nos regalaran Rafael Rossi y Eugenio Cárdenas y que Gardel, con su decir canoro, se encargara de embellecerla. “El morocho del Abasto” la deja impresa en los surcos del disco el 22 de Diciembre de ese mismo año en los estudios Odeón de París, lo acompañan musicalmente sus infaltables “escobas” Aguilar, Barbieri y Ricardo.
Podríamos seguir abundando en composiciones que aluden en sus títulos a los caminos pero aún sin hacerlo hay otras que lo tienen presente como El aguacero:
“...va la carreta rechinando en el camino,
que parece abrirse paso a su blanco cascarón...”

El pescante: “...vamos al son de tu tranco lerdo,
vamos camino al tiempo olvidado...”

Percal: “Percal, camino del percal...”

Vida mía: “...Siempre igual es el camino,
que ilumina y dora el sol...”

Papá: “...Papa´, que tanto luchaste por darme un camino de amor y verdad...”

Consejo de oro: “...Fui creciendo a la bartola y a mis años juveniles,
agarré por el camino que mejor me pareció...”

Fea: “...Procurando que el mundo no la vea,
ahí va la pobre fea camino del taller...”

Lunes: “Camino del taller va Josefina,
la que en el baile ayer la iba de fina...”

Guitarra, guitarra mía: "...Por los caminos del viento
vuelan en tus armonías coraje, amor y lamento”

Esquinas porteñas: “...Compañera, del sol y las estrellas,
se fue la tarde aquella camino de Dios...”

Paisaje: “...¿Y esa luz de olvido
 y el confín perdido
y el camino herido de azul y la soledad...”

Si no me engaña el corazón: “...Un día cruzarás por mi camino,
como un anuncio de la primavera...”

Tu boca mintió:
“...Seguí tu camino,
tu senda florida,
dejá que mi vida
prosiga sin vos...”

Lonjazos: “...Va un gaucho al tranquito rumiando su pena,
camino del rancho que besa un sauzal...”

Si Buenos Aires no fuera así: “...Tiene canto, tiene vino, al amanecer
y un amigo en el camino siempre ha de tener...”

Llevame carretero:
“...Juntito al camino de la carretera,
cubierta de polvo, hecha un trapo viejo,
buscando una moza recorre aquel trecho,
al hombre que un día le mintiera amor...”

Uno: “Uno busca lleno de esperanzas,
el camino que los sueños prometieron a sus ansias...”

Fogón de huella:
“Al costado del camino,
y en larga fila apretada,
las carretas se han dormido,
bajo una luna plateada”

Adios pampa mía:
“...Me voy…me voy a tierras extrañas,
caminos que he recorrido, ríos, montes y cañadas,
tapera donde he nacido...”

Sosiego en la noche: “...La voz del camino se escucha muy honda,
latiendo en el grito que lanza el tropero…”

Una lágrima:
“...Madre adorada que me miras desde el cielo,
no me abandones,
que es muy triste mi destino,
quiero tan solo que ilumines mi camino,
porque hay angustia en mi pobre corazón...”

Mi tango triste: “...Me torturé sin ti y entonces te busqué, por los caminos del recuerdo...”

Gota de lluvia: “...y pasará un cortejo, de risas y de cantos por el camino blanco que me traerá tu amor”

Vencida:
“...De tanto andar y andar quedé vencida,
deshecha la ilusión, muerta la fe,
y supe que el camino de mi vida
era camino triste, amarga hiel...”

Margarita punzó: “...Caminito del campo, por el sendero, iba mi amor, iba mi amor...”

Tiempo: “¿Donde están sus ojos? ¿Dónde su sonrisa? ¿Dónde está el camino, que la trajo a mí?..."

Y hablando de tiempo creo que a pesar de poder redondear aún montones de citas es momento de ir cerrando. Casi dejé “Que camine sola” la nota para recordar desde la tribuna que nos toca ocupar, a ese amigo que contiene nuestros pasos diarios, que nos enfila a la esperanza o al destino final, ese al que en silencio le confiamos nuestros sueños, ese que nos ve ir y volver, alegres o abatidos, solos o acompañados, por semejantes o acaso de animales, como acaso aquel perrito compañero que prefirió marcharse junto con ella…pero esa es otra historia que prometo contarles otro día.

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