Por Rubén Fiorentino
Se me ocurría como único título posible para
narrar lo que fue el espectáculo “Bancame la quincena”, este término futbolero
que se emplea cuando a un equipo le salen bien todos los movimientos que
intenta, alcanzando una excelencia rayana en la perfección.
Todo resultó
brillante en la jornada del pasado domingo 23 de Septiembre. Desde el marco
imponente que brindaban las instalaciones del teatro “Del Viejo Concejo”,
pasando por un elenco jerarquizado que no se resintió cuando a último momento
por un accidente automovilístico se debió reemplazar a la cantante Silvia Laura
por su par Marta Cortéz, siguiendo por una galería de “pesos pesados” sentados
en la platea aguardando ser designados Socios de Honor, respaldado en un sobrio
trabajo de conducción que oficiaron Rafael Ruffet y Jorge Gatti, auxiliados en
esta oportunidad por el eficaz apoyo logístico que brindó Jorge Bottino y lo
que humildemente pudo aportar, con voz en off, este servidor desde los
controles.
Parecía que a la incansable labor de los miembros de la Comisión
Directiva del Centro Cultural del Tango Zona Norte para que todo se cristalice
de la mejor manera, que generalmente queda en el anonimato, se sumaban los
ilustres amigos “que se nos marcharon antes” pero que estaban con sus nombres
identificando cada fila del recinto, dando de alguna forma también su
presente. Qué decir de la presencia de
entidades amigas y múltiples saludos que llegaron vía correo electrónico o facebook para
este décimo quinto aniversario.
Desde temprano, un dejo de nostalgia y emoción embargaba a organizadores y asistentes a la velada. Se intuía que sería una noche para el recuerdo, literal y metafóricamente. ¿Acaso no lo estimulaban las figuras homenajeadas?¿No los inspiraba Marta Cortéz cual Mnemósine de arrabal al hablarnos del tango que nos marcó un momento puntual de nuestras vidas?¿Qué decir de Bocha Galo y el homenaje a su progenitora o Selles y la mención a Nira Etchenique, León Benarós y Pascual Mamone?¿No la experimentaba Beba Pugliese al evocar a su abuelo flautista, el pionero de cuatro generaciones de músicos? Así lo entendimos.
Como prólogo del espectáculo, tras la
bienvenida de Ruffet se escuchó el tango ritual Recuerdos por Osvaldo Pugliese
presentado y justificado por Jorge Bottino y luego una reseña propia de los 15
años de gestión. Tras esa introducción breve pero necesaria se comenzó a
desarrollar el espectáculo cuando el trío comandado por Tito Ferrari ofrendó el
tango instrumental de apertura.
Seguidamente Primo Antonio fue el protagonista
de la primera gran emoción de la noche al recibir de manos de Jorge Gatti el
diploma enmarcado que lo acredita "Socio de Honor", el carnet correspondiente y
el pin con el logotipo de la entidad para que pueda lucir en su solapa. Más de
200 composiciones registradas por éste en SADAIC junto a notables como
Jorge Dragone, Liber C. Locascio y Sebastián Piana, por nombrar algunos,
avalaban nuestra decisión de asignarle el distinguido rango.
La parte musical
siguió con Ana María Guerrisi, una joven y talentosa cancionista de Don
Torcuato que supo cosechar estruendosos aplausos de la concurrencia. Con una
sincronización de relojería había que armar este espectáculo donde se
combinaban las actuaciones artísticas con los agasajos y así lo tomaron los
conductores dando lugar a Juan José Galo, el poeta sanfernandino para que
subiera al escenario a recibir su justiciero reconocimiento de manos de Jorge
Bottino. No pudo con su genio “El Bocha” que en agradecimiento nos regaló uno
de sus mejores poemas, el que le dedicara a su madre. 
Concluido el sencillo
acto tomaba la posta otro cantor de Zona Norte, Ángel Gazzán de larga actuación
en el mundo del tango con residencia en Perú incluida, donde llevó adelante una
importante labor artística. Bien acompañado por Ferrari y su trío se lució en
cada una de sus interpretaciones provocando como la colega que lo precedió,
vítores y ovaciones, aunque quién esto escribe después le reclamara en tono
amigable, ese Tabernero que se quedó con ganas de escuchar. 
La nómina de
agasajados continuaba con Roberto Selles ese notable periodista, investigador,
poeta, compositor y quien sabe cuántas cosas más. El vecino de Villa Ballester
nos narraba su extraña sensación de sentirse “como muerto” porque tales
agasajos suelen brindarse a los finados, provocando la sorpresa y algunas risas en el público. En ese momento, Jorge Gatti le revela
al citado y a los presentes la consecuente premisa de la entidad de agasajar a
las personas en vida, citando un ejemplo preciso: como procediéramos tiempo
atrás con otro referente, el querido y recordado Jorge Vidal. Ricardo Demelli,
en nombre de nuestra entidad fue el encargado de entregar los presentes que
Selles agradeció con indisimulada emoción. 
Marta Cortéz salió a enfrentar
con una disposición y profesionalidad admirables el compromiso de sustituir a
la colega programada inicialmente y a fe que deleitó con ese ángel especial que
solo poseen los elegidos a la exigente platea que colmaba la tradicional sala
de San Isidro. La dama de Villa Adelina, como siempre cautivó a los muchos presentes
que supieron premiarla con las más expresivas manifestaciones aprobatorias.
En
tanto, desde los controles, me salía de la vaina por ofrendarle esa Teoría sobre
Gardel que escribiera el “troesma” Héctor Negro. Concretada mi intervención la
Licenciada en Tango, Margarita Sosa le devolvía de alguna manera la gentileza a
Negro quien allá lejos y hace tiempo le entregara en mano el título que la
acredita como tal. Fue un momento de intensa emoción para todos, cuando el
vecino de Villa Urquiza enfrentó el micrófono para ponderar la labor de
entidades como la nuestra que mantienen permanentemente encendido el fuego del
tango en el seno de la comunidad. 
Restaba bastante aún para el epílogo cuando
Raúl Funes subía al escenario para regalarnos todo su arte. La labor de este
notable del canto que supo transitar los más exigentes públicos del mundo fue
sencillamente estupenda, tanto que mereció los aplausos de pie de gran parte de la concurrencia y aunque en el interior deseábamos no concluyera nunca, esto
debía suceder para agasajar a las damas que pacientemente aguardaban su turno
en la nómina de homenajes. Aclarando que Néstor Fabián debió ausentarse por un compromiso ineludible de última hora pero que próximamente se hará acreedor de su justo reconocimiento.
No obstante se hizo todavía el lugar necesario para
que Ricardo García, Secretario de la Asociación “Hijos y Amigos de San Isidro”
nos trasmitiera los saludos de esa entidad y que Jorge Gatti leyera en público
la adhesión que nos acercara a través de una misiva la Casa del Tango de San
Fernando.
Beatriz Suárez Paz, primero, de manos del Tesorero Héctor Moyano fue
quien recibió su distinción. La homenajeada, a quien minutos antes habíamos
escuchado en una grabación de La mariposa, recordó la similar que había sido
acreedor su esposo hace de esto casi quince años, oportunidad en la que ella ofició
de acompañante. Seguidamente, y después de que la sala escuchara la breve
introducción que de ella hiciera Ruffet y que sonaran los compases de Sueños y
sombras, una de sus composiciones, la última homenajeada de la noche, Beba Pugliese pasaba al escenario a recibir el cariño de los representantes del
Centro Cultural y el soberano que desde las butacas la aclamaba. Tras el
agradecimiento de rigor recordó a su abuelo Adolfo, primer músico de la
dinastía, por su puesto a su padre y a su hija que sigue hoy la tradición
tanguera de sus antepasados.  |
| Rubén Fiorentino con Ana y Tito Gelfman |
Faltaba todavía un momento de honda emoción que
fue cuando los representantes del Ateneo del Tango de Mendoza, Ana y Tito Gelfman trajeron los presentes de su entidad, asociándose a los festejos del
décimo quinto aniversario. No faltaron palabras de agradecimiento de Tito
cuando hizo público el aporte que hiciera el Centro Cultural aconsejándolos
para darle organicidad a ese deseo de gestar una entidad de corte tanguero. Un libro, que nos ilustra sobre el tango en su provincia, fruto del trabajo de investigación de nuestros visitantes y un
hermoso reloj para que esté presente en todas las horas junto a nosotros fue el
obsequio que recibimos de manos de los mendocinos, con profundo beneplácito.
Así con un clima de infinita
satisfacción de cuantos se dieron cita, trascurrió la jornada que tuvo su
epílogo con las palabras de despedida de Ruffet y el vals de cierre que a
modo de “yapa” nos brindó el trío de Tito Ferrari. Fiesta total en San Isidro que culminó con un intenso desfile de fotos, propias y por parte del público, que o quería perderse la oportunidad de retratarse con estas Glorias del Tango.
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| "Los" - Bottino, Cahue, Fiorentino y Willis |
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