viernes, 27 de julio de 2012

El día que D´Arienzo "ganó" los Juegos Olímpicos

Por Esteban Fiorentino

El genial Roberto Peregino Salcedo, nuestro primer presidente, solía definirse como "linyera por vocación y escritor por necesidá". Parafraseando a "Peregrino" podría decirse que quien estas líneas escribe es un periodista deportivo devenido en portuario cuyo berretín no claudica y late más fuertemente en momentos como éstos, cuando el fuego sagrado extingue una nueva olimpíada para inaugurar los Juegos Olímpicos.
Uds. se preguntarán a qué viene tanto chusmerío o qué relación puede tener esto con el Tango, sin embargo la historia nunca deja de sorprendernos. Para ello tenemos que emprender un imaginario y misteriosos viaje.  Una de las paradas más recientes, una latencia casi onírica que disparó esta nota, nos remonta a la australiana ciudad de Sídney, más precisamente al  15 de septiembre de 2000.  La mejor gimnasta rítmica de la generación, Alina Kabaeva, quien a la postre se consagrara campeona olímpica en Atenas 2004, venía complicada. Un error con el Aro la había colocado al borde de la eliminación y, pese a su categoría, sus chances de subir al podio eran casi una utopía. Sin embargo, la joven rusa de origen uzbeco sacó un as bajo la manga, o mejor dicho un D´Arienzo bajo la manga puesto que el "Rey del Compás" y su interpretación de Felicia (de Enrique Saborido y Carlos Mauricio Pacheco) le puso un marco perfecto a su rutina de Pelota para que el milagro ocurriera y se despachó con esta notable actuación que le permitió, al menos, colgarse la de Bronce (Yapa: Video con la tradicional Gala).



De todas forma, ese no fue ni el primero ni el único contacto olímpico con el 2x4. Uno de los bardos más notables del género, Cátulo Castillo, en su juventud fue un entusiasta boxeador que llegó a ser preseleccionado para los juegos Olímpicos de 1924 a realizarse en la Ciudad Luz (*), aquellos donde otro personaje del mundo artístico como el actor Pedro Quartucchi se colgara la medalla de Bronce de la categoría Pluma.  Vale decir que Quartucchi incursionó en el tango con obras generalmente compuestas para obras teatrales, entre ellos “Hay que ver”, “Que tengo yo”, “Saber vivir” y “Por favor no escorches más”. También se recuerda su participación junto al "Zorzal Criollo" del film Luces de Buenos Aires haciendo de una especie de confidente de éste en la escena donde Gardel canta Tomo y obligo.


Otra anécdota curiosa que aúna a tango y olimpismo transcurre cuatro años más tarde, también en París y con motivo de la preparación argentina de cara a los Juegos Olímpicos de Amsterdam.  
Plata Olímpica. Plantel de Amsterdam 1928
Según recoge Lucio Ortiz en “Argentina-Uruguay en los Juegos de 1928”, Carlos Gardel, de gira por Europa, aprovechó la oportunidad para acompañar a la delegación argentina. El Morocho había asistido a la derrota por 2 a 1 frente a España, en Barcelona y los acompañó hasta París. Reunidos en una habitación del hotel Moderne, el Zorzal Criollo entonaría por primera vez el tango Dandy, obra que firman Lucio Demare, Agustín Irusta y Roberto Fugazot, el “Trío Argentino”. Luego de la velada, jugadores y artistas se separarían para cumplir con sus respectivos compromisos.  Sin embargo, tras la derrota por 2 a 1 ante Uruguay ambos planteles coincidirían en el cabaret El Garrón de París, invitados por Gardel. Su intención era limar rispideces entre ambos, puesto que argentinos y uruguayos no se hablaban y se habían ignorado incluso viajando en el mismo tren. Según la anécdota narrada por Raimundo Orsi (futbolista argentino, luego campeón con Italia en 1934) en el mismo trabajo, Gardel, para descomprimir la situación, señaló: “Voy a cantarles a los campeones sudamericanos el tango La cieguita”. Si hablamos de berretines, Orsi tenía el de la música, incluso llegó a presentarse como violinista en la orquesta de Pirincho.  A sabiendas de esto y en el marco de camaradería que quería imprimirle a la reunión, el Morocho inquirió a “Mumo” para que lo acompañase con un “supuesto” Stradivarius perteneciente a uno de los músicos de la Sinfónica del Olimpia, coincidente en la velada. Recuerda Orsi que tras la interpretación de Gardel y los adivinables aplausos, comenzaron a llover migas de pan en forma cruzada que luego devinieron en botellas de vino.  Tras esta “batalla gastronómica”, “la confraternidad rioplatense se fue al diablo. En medio del desorden vi a un rengo que se me venía encima. No sé si era el Negro Andrade (NdR: lastimado en dicha final por el futbolista convertido en violinista para lo ocasión) pero por las dudas le rompí el Stradivarius en la cabeza...”, recordaba Orsi. Una especie de mito urbano rioplatense afirma que durante su estadía en París José Andrade bailó el tango con la famosa actriz Josephine Baker...
Otra curiosidad de la historia narra la realización de un Festival Artístico organizado por el diario Crítica el 2 de junio de 1933 en el Teatro San Martín, a beneficio de los atletas olímpicos participaron de los Juegos de Los Angeles un año antes y como puntapié de lo que sería la competencia en la Alemania Nazi, tres años después. Del mismo participaron figuras de la radio, el cine y la música popular, entre ellos Rosita Montemar, Azucena Maizani, Carlos Gardel, Ignacio Corsini y el dúo Magaldi-Noda, en una velada que fue transmitida por LS9 Radio "La voz del aire", según recoge Tuqui Rodríguez (*.*).
Humberto Selvetti
Sin aportes estatales y en una coyuntura nacional algo caótica, la cosecha argentina en los Juegos de Roma 1960 fue magra. Tan sólo dos preseas: un Bronce en la categoría Livianos de Boxeo, obtenida por Abél Laudonio (hermano del "Loco Banderita", pintoresco personaje que enpilchado de auriazul y con su estandarte en mano anuncia la salida de Boca Juniors cuando oficia de local) y una Plata en Yachting en la desaparecida clase Dragón. Se preguntarán, ¿qué tiene que ver esto con la canción ciudadana? Aunque la relación puede resultar un tanto rebuscada, precisamente "Tango" se llamaba la embarcación tripulada por Jorge Salas Chávez, Héctor Calegaris y Jorge Del Río y que escoltó a la griega "Nirefs".
"Pascualito" Pérez
Por aquella época, los habitué de los reductos tangueros de la Zona Sur del Gran Buenos Aires podían escuchar a uno de los símbolos del deporte olímpico argentino, el pesista Humberto Selvetti (bronce en Helsinki 1956 y plata en Melbourne 1956), entonar tangos acompañado por las orquestas de la zona (**).  Un campeón mundial y olímpico, Pascual Pérez, el boxeador más laureado de la Argentina y considerado por la prensa especializada com el mejor de todos los tiempos fue homenajeado por el Tango. Rafael Lauría, Héctor Mauré y Sergio Gasparini le dedican "Al gran campeón", Héctor Marcó lo incluye en su lista de notables en "Segundos afuera" junto a campeones como Acavallo, Locche, Galíndez y Monzón mientras que "Muchas gracias mendocino", también fue concebido en su tributo.

Julián Centeya junto a Pascual Pérez

En forma similar a lo que ocurre con los Juegos Olímpicos de Verano, cada cuatro años se desarrollan los Juegos de Invierno (actualmente con una diferencia de 2 años entre unos y otros).  Cuando aún coincidían en fecha, el 4 de febrero de 1976 en Innsbruck, los soviéticos Aleksandr Gorshkov y Lyudmila Pakhomova se probaban la medalla dorada con esta novedosa versión de La Cumparsita...


El 15 de septiembre de 2000, mientras el velista Carlos Espínola ingresaba al ANZ Stadium Australia de Sídney al frente de la delegación argentina en calidad de abanderado, los asistentes a dicha ceremonia pudieron oir los acordes de "La Cumpasita", acaso tomándose revancha de lo ocurrido veintiseis años antes, en la Apertura del Mundial de Alemania 1974, lo que ocasionó no pocas quejas de los participantes provenientes del margen oriental del Río de la Plata(***).
En la última edición, disputada en Vancouver (Canadá) en 2010 el Tango ocupó un lugar preponderante en una de las disciplinas más estéticas y atractivas del programa, el patinaje artístico. Quedaba claro que tras la extraordinaria performance del ruso Yevgueni Pliúshchenko en el campeonato europeo, en Vancouver el Tango sería un ritmo ineludible, tanto que la Federación Internacional del Patín lo incluyó entre sus exigencias, bajo el lema "Romance de Tango". Tras realizar un brillante programa corto, empleó para su rutina larga la canción Tango de Roxanne de Edvin Marton (de la banda de sonido del film Moulin Rouge). Pese al inconformismo del público especializado que lo había visto ganador, Pliúshchenko, quien ya había utilizado en diferentes competencias Tango Flamenco de Paco de Lucía y Hasta que te conocí del pianista neuquino Raúl di Blasco, tuvo que conformarse con la medalla de plata. Quienes sí se consagraron fueron los locales Tessa Virtue y Scout Moir, cuyo programa tanguero sonaba al vanguardista ritmo de Tango…






Fuentes:

(*)   Abálsamo, Ernesto J. El Tango. Un motivo sentimental. P. 49. Biblioteca Virtual Universal
(**)  Rodríguez III, Ernesto. Libro I de los juegos olímpicos. -1ª ed. – Buenos Aires: Alarco Ediciones, 2012. P. 50.
(***)Ferrari, Gonio. “La Cumparsita, entre su fama y el lapidario juicio de Piazzolla”, en http://www.tangocity.com/noticia.php?not_id=8534&categoria_id=42&lang=87
(*.*)Rodríguez, Tuqui. "Rosita Montemar, mucho más que un recuerdo", en Tango y Cultura Popular Nº 63. Octubre 2005 
Sitio Oficial del Comité Olímpico Internacional
Sitio www.youtube.com


1 comentario:

Centro Cultural del Tango Zona Norte dijo...

Este trabajo quiso ser un estudio preliminar, una aproximación que ilustre y contribuya a otros, seguramente más ricos y mejor logrados. La presente edición de los JJOO exhibió al equipo femenino de gimnasia arística de China utilizando en su rutina de suelo "Por una cabeza", tema que también usaron las gemelas argentinas Etel y Sofía Sánchez (junto con Taquito Militar), en nado sincronizado. En su rutina final, de la misma disciplina, las españolas Ona Carbonell y Andrea Fuentes revivieron el título de esta nota, al colgarse la medalla plateada al ritmo de La Cumparsita (versión D´Arienzo) y Libertango (Piazzolla).

Esteban Fiorentino

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