lunes, 31 de mayo de 2010

“TANGOS DEL BICENTENARIO”






Por Rubén A. Fiorentino

Después de un largo paréntesis, demasiado largo para quien estas líneas escribe, volvió a reencontrarse con la gente, en un espectáculo artístico, el Centro Cultural del Tango Zona Norte. El cambio imprevisto del sitio donde debía realizarse la velada 48 horas antes y los inesperados inconvenientes físicos que sufrieron la mañana del 30 de Mayo algunos de los artistas programados presagiaban un día por demás difícil. Los presagios agoreros que la jornada podría resultar un fiasco felizmente no se concretaron y muy por el contrario resultó una que seguramente quedará en el recuerdo de los privilegiados que asistimos a la Biblioteca Popular de San Isidro “Juan Martín de Pueyrredón”.


La sala, cálida y acogedora, se prestó desde el instante mismo que Jorge Gatti, el conductor del evento, luciendo flamante smoking diera la bienvenida con puntualidad inglesa. El público ansioso que aguardaba desde un rato antes desbordando la capacidad de la sala se aprestaba a presenciar una jornada de relevante jerarquía artística. Tras escucharse el tango emblema de la institución, De academia ejecutado singularmente por la orquesta de Osvaldo Fresedo, el difusor y promotor de “Las perlas del tango”, Claudio Durán se encargó de presentar y justificar el tango ritual que en la oportunidad fue Pero yo sé en versión de “La ñata gaucha” Azucena Maizani.

Acto seguido hacen presencia en el escenario dos estupendos ejecutantes de guitarra que serían a la postre puntales del espectáculo, Julio Pérez y Carlos Bianchi que con sus instrumentales arrancaron fervorosos aplausos de los presentes. Luego tocaba el turno a los cantantes y Mario Bianco se presentaba ante una platea que en la mayoría de los casos no lo conocía pero que, a poco, se fue cautivando con su personal estilo. No se habían acallado todavía los muchos aplausos que recibiera el cantor cuando este servidor sube al escenario a estrenar en sociedad su “Poema del Bicentenario” que encuentra buen eco entre los presentes, sorprendidos quizá por esta narración lunfarda que pretende ser una suerte de síntesis poética de doscientos años de vida nacional.
Luis Rodríguez, nuestro compañero y eximio bailarín había amanecido con problemas en su nervio ciático lo que le impedía demostrar, como estaba previsto, sus habilidades en la danza junto a Lorena Medina y por ello para salvar la situación convocó a última hora a sus colegas Daniel Albarracín y Viviana Gallo. Realmente fue un placer infinito verlos a ambos sobre el escenario ofreciendo su arte de figuras coreográficas mientras el disco nos traía tangos y milongas. Cabe acotar que no solo demostraron ser buenos en su especialidad sino también mejores seres humanos dispuestos a brindarse sin retaceos ante la ausencia inesperada del amigo que había requerido de sus servicios. Seguramente ambos volverán a ser de la partida en algunos de los futuros eventos que este Centro Cultural programa para el curso de 2010. A continuación fue centro de la escena la brillante concertista de guitarra Analía Rego que llevó adelante un repertorio clásico que comenzó con Gallo ciego. No faltó tampoco el rescate del olvido por parte de la artista, de una antiquísima página, 25 de Mayo que se asociaba al título de la convocatoria y fuera calurosamente celebrada por los asistentes.
Juan Carlos Guillén, el hombre de Beccar, de dilatada actuación en el tango demostró seguidamente las cualidades por las que logró trascender en el canto recreando algunos de sus caballitos de batalla como Las cuarenta y Tango Argentino aplaudidos hasta enrojecer las palmas de los asistentes a la velada. La disfonía de Alicia González nos retaceaba la presencia femenina pero una siempre dispuesta Betty País, incondicional colaboradora de la entidad, salió al ruedo para cubrir la ausencia y vaya que lo hizo con suceso, a punto tal que fueron varias las interpretaciones que debió realizar antes de dejar el escenario. Su despedida fue con el “himno del Río de la Plata”, La cumparsita en su versión quechua, el idioma de los pueblos originarios, que venía bien recordar, en este Bicentenario de la Patria.


Parte importante de la CD del Centro Cultural subió después al escenario para agradecer las presencias y dar las disculpas pertinentes por el cambio inesperado del sitio donde debía realizarse el espectáculo. No
faltaron tampoco los recuerdos para los difusores presentes, a las entidades que acompañaron con sus representantes esta convocatoria y el agradecimiento a los responsables del audio que cubrieron con oficio su tarea. Tampoco, la recordación para Jorge Fernández y Margarita Aybar que recientemente, como dijera Gatti, “emprendieron la gira celestial”. Y luego sí se dio el final imaginado por este aprendiz de poeta cuando “los dedos virtuosos de Julio Pérez y Carlos Bianchi rompan el paralelismo de las seis cuerdas una melodía ganará el aire ...¡y el tango vivirá su fiesta!”

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