Una vez más, el teatro “Del Viejo Concejo” fue el sitio elegido por el Centro Cultural del Tango Zona Norte para hacer el cierre de una temporada donde los espectáculos públicos debieron lidiar con las restricciones obligadas que le impuso la nefasta gripe “A”. La penosa pandemia limitó las posibilidades de realizar reuniones y no se puede decir que haya sido un año relevante. No obstante este brillante cierre y la perspectiva de contar en adelante con un sitio propio nos hacen abrigar ilusiones de un futuro promisorio.La frustrada presencia por razones climáticas en la Plaza 9 de Julio de Martínez y las escasas presencias el 11 de Diciembre en ese mismo sitio con motivo del descubrimiento de la placa que recuerda a tres viejos vecinos del lugar, Roberto Rufino, Aldo Campoamor y Argentino Ledesma (ver recuadro)hacen que se disfrute más las sensaciones que produjo la jornada del pasado sábado 12. Las instalaciones de ese teatro tan caro a los sentimientos de los sanisidrenses resultaron chicas para albergar a la gente que se dio cita para soportar la tensa espera en saber si obtuvieron o no un galardón en el último certamen literario unos, para acompañar a una cantante reconocida y admirada por quienes se mueven en esta franja del Gran Buenos Aires otros, para estar junto a un difusor generoso y solidario que siempre está dispuesto a tender su mano, para darle marco a el nombramiento de un Socio de Honor que es una gloria viva del tango o para, como todos supusieron, disfrutar de un espectáculo de jerarquía como generalmente acostumbra a organizar la entidad.
Lo cierto es que desde temprano se presumía que la casa quedaba chica y no nos equivocamos. Como de costumbre abrió el espectáculo Rafael Ruffet que dio la bienvenida a los presentes e invito a escuchar el tango emblema: “De Academia” que inició oficialmente el espectáculo. A la capacidad y oficio del reconocido conductor de Villa Adelina se sumó la espontaneidad y buen gusto del difusor Jorge Gatti con quien a lo largo del espectáculo armonizaron una dupla que seguramente volverá a repetirse en el tiempo. Con ese clima de ansiedad irrumpieron en el escenario los jóvenes integrantes del Trío Cordal al igual que la cancionista Gabriela Elena quienes lograron cosechar nutridos y merecidos aplausos de la concurrencia.
La cronología del espectáculo establecía entregar el Reconocimiento a la Trayectoria a Betty País quien tras el breve recuerdo de su devenir artístico por parte de Ruffet subió emocionada a reencontrarse con un público que no dudó en transmitirle todo su cariño. En la sala rondaba entonces el recuerdo a quien fuera el maestro de Betty, Don Sebastián Piana y bastó que la cancionista con el marco que le ponía la guitarra virtuosa de Julio Pérez agradeciera como más le gusta hacerlo, con su canto para que ese recuerdo cobrara mayor plenitud.
En tanto entre presencia y presencia el Centro Cultural tenía un recuerdo para los participantes del certamen que no habían conseguido entreverarse en el lote triunfador otorgándole a estos un certificado donde se agradecía su meritoria participación. Todos los participantes presentes en esa condición subieron a recibirlo con la calidez que le trasmitían los que desde las butacas le tributaban se sumaban al agradecimiento del Centro Cultural. Era una manera también de mantener la expectativa hasta el final anunciado donde se coronaría a los triunfadores.
Pero había mucho más todavía como la presencia de Silvia Pereiro, la hija del desaparecido Helio, natural glosador de las serenatas que anualmente organiza la Asociación “Hijos y amigos de San Isidro”. La dama obsequió un cuadro con el logo de nuestra entidad pintado por ella para que pueda ser lucido en la nueva casa de la calle Berutti 1029. El hecho fue agradecido por una nota que hizo pública Ruffet firmada por la secretaria y presidente del Centro Cultural, Graciela Willis y Rubén Fiorentino. Visiblemente emocionada Silvia quiso reiterar los obsequios leyéndonos la poesía con que su padre obtuviera un segundo puesto en ediciones anteriores del certamen.
Las emociones no terminarían por que desde la sala de audio se dejaba escapar la voz de Jorge Vidal con el “himno burrero” como calificara Gatti a Bajo Belgrano, el tema de Anselmo Aietta y Francisco García Jiménez. Por una inoportuna caída no estaba Jorge para recibir el tributo de institución y público pero si su esposa que le sabrá trasmitir que había emoción, cariño y porque no, alguna lágrima evocando a quien tanto hizo por nuestro arte popular. Enmarcado en un cuadro recibió la mujer el pergamino que acredita la condición del ausente ídolo, además de un carnet que podrá llevar en el bolsillo sin tener que ir con el cuadro a cuestas como dijera el conductor.
Pasó luego a recibir su distinción Don Pedro Cahue, “Orden de la Amistad Tanguera”, nada menos que con su carga de indisimulable emoción hizo un lugar para agradecer y para reclamar un mayor acompañami
ento para la gente del Centro Cultural. Las entregas dieron después paso a una juvenil formación, la Antigua Fray Pimiento que acondicionados con vestimenta de época e instrumentos que ya no resultan habituales comenzaron a soltar un rosario de melodías que sorprendieron primero y cautivaron después a cuantos fueron testigos de este acontecimiento.
En tanto los músicos cumplían con acierto su función una pareja de bailarines se sumaba a la escena haciendo ese estilo canyengue del tango de la hora primera. Las palmas enrojecían de tantos aplausos y los “otra” afloraban naturalmente cuando después de entregar su arte por mucho más del tiempo previsto abandonaron la escena.
Por fin se llegó a los premios mayores y el primero en dilucidarse fue el del rubro cuentos que se adjudicó la Sra. María Noemí Docampo de Alta Gracia, Córdoba con "Mirada nueva a mi arrabal". La mujer, por un acontecimiento familiar no pudo estar en el teatro Del Viejo Concejo pero en su representación un hijo de ella recibió y agradeció el pergamino y el merecido trofeo que entregó el Sr. Fortunato More, vicepresidente del Centro Cultural.
Minutos después se develó el ganador de poesía y allí desde la platea surgió presuroso el Sr. Manuel Raggi -foto izq.- a recibirlo de manos de Héctor Moyano, el Tesorero. Raggi, con la voz entrecortada por la emoción leyó a todos su obra "Mi Arrabal" contenida en el cuadernillo editado por el Centro Cultural y demostró porque obtuvo tal reconocimiento de los jurados Héctor Negro, Carlos Adrián Ramos y Juan José Galo. Ellos, al igual que los responsables de Cuento Breve, Josefa Abellá, Jorge Bottino y Manuel Herrera, fueron nombrados en distintos pasajes del acto por los conductores, tuvieron un arduo trabajo por la cantidad y la calidad de las obras evaluadas. Finalmente se entregaron los premios a entidades. La distinción recayó en el rubro Poesía esta vez en el Grupo Literario Hojarasca de 
Pergamino por los trabajos presentados por el Sr. Adolfo Zabalza, ausente por su convalecencia de una reciente intervención quirúrgica, en tanto en Cuento fue para la Academia del Tango de Uruguay que lo obtuvo por el aporte de Delia Fernández Cabo, Hernández Milan -foto inferior izq.- y Teresa Marzialetti de Gaspari. Los dos primeros, presentes en la sala, subieron a recibirlo.Todos los ganadores:
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