Me tocó ayer, 2 de Mayo de 2009, asistir a una demostración artística de alto vuelo y a certificar por mis propios ojos el cariño de un público, sin distinción de edades para con una mujer casi centenaria que sigue desparramando su arte con la frescura de los años mozos. Alguna vez desde mi programa “Abriendo un camino”, quien era su columnista Pedro Mario Ríos, “El ciudadano tango” en ocasión de celebrar el octogésimo sexto aniversario de Nelly expresó en el micrófono: “cumple 86 años y sigue siendo la mejor”. Recuerdo que aplaudí a rabiar con aquella afirmación de mi compañero, que con variantes, hoy hago mía, “está próxima a los 98 y sigue siendo la mejor”.
El Luna Park, el tradicional palacio de los deportes de la metrópoli se vistió de gala para recibirla. Los asientos se colmaron rápidamente y solo unas pocas gradas mostraban huecos. La ansiedad crecía en la sala hasta que la voz en off del Sr. Miguel Ángel Gutiérrez, conductor del espectáculo y las imágenes proyectadas sobre la pantalla indicaron que la cosa comenzaba. Banderas argentinas desplegadas en el escenario y otras pequeñitas dispuestas en las butacas indicaban que todo estaba listo para recibir a la cantora nacional. Sin embargo apenas estábamos en el prólogo. Le tocó abrir a los payadores, primeros transmisores, en forma de canto, de las alegrías y tristezas del pueblo. Las décimas inspiradas de Curbelo, Crubelier, Marchesini, Tokar, y Suint ganaron la noche porteña al son de sus entonadas guitarras y la de Daniel Corrado que ponían digno marco a las voces. Allí no faltaron las alusiones al tango, sus cultores orientales, a Favaloro, a Gardel, al crucero General Belgrano, a la propia Nelly y su conocida filiación política. Realmente fue un momento por demás grato con los herederos de Betinotti y Gabino Ezeiza, reconocidos por la platea con copiosos aplausos.
Llegó luego el turno de la danza y quien mejor que un profesional de los quilates de Juan Carlos Copes para demostrar sobre el escenario el porte, la armonía, la plasticidad de movimientos, la sensualidad, el buen gusto y todo lo que hace a un artista de reconocimiento mundial. Por supuesto sus aventajados alumnos refrendaron también, ante un público ávido, todas las enseñanzas recogidas del maestro.
Agotadas estas instancias los latidos de los corazones aceleraban el ritmo presagiando la llegada del plato fuerte de la noche, la presencia de “la más grande cantora nacional de todos los tiempos”, la “Gardel con polleras”, la inigualable Nelly Omar…Y allí frente a nosotros se situaba, enfundada en su poncho rojo con ribetes negros, el cabello suelto y la sonrisa a flor de labios manifestando la infinita alegría que le producían tantas manifestaciones de cariño. Las guitarras y un contrabajo de fondo creaban el clima para que comenzara la fiesta de canciones que vendría luego. Nobleza de arrabal, El adiós a Gabino Ezeiza, Amar y callar, Mi jardín, Sur, Manoblanca, Desde el alma, una zamba de Oscar Valles que la gente acompañó con palmas y algunas otras que escaparon a esta crónica. En tanto en la platea María de la Fuente y Ante Garmáz, entre otros, enrojecían sus palmas por aplaudirla y pancartas desplegadas mostraban su adhesión a la “compañera cantora”, que a pedido mayoritario de los presentes se despidió con La descamisada, obra que alguna vez provocara su marginación de los medios, en un tiempo que fue y que nunca debiera repetirse. Épocas donde el rencor triunfaba sobre la libertad y pluralidad de pensamientos que deberá sepultarse si queremos vivir en armonía.
Ese fue el final sobre el escenario porque Nelly con ramos de flores que le llegaban de todas direcciones no se contentó solamente con esto sino que bajó a la platea a saludarse con cada uno de los presentes. Ante tamaña demostración de la artista hubo muchos que pugnaron por el beso, el abrazo o el simple apretón de manos, otros ante lo difícil de la empresa optaron por la salida ordenada, los más enfervorizados egresaron cantando la conocida marcha que popularizara Hugo del Carril y yo, parafraseando al general me quede con aquello de “llevo en mis oídos la más maravillosa de las músicas que para mí es escuchar el canto de Nelly Omar”.
2 comentarios:
Estupendo artículo,
fraterno amigo,
Miguel Gadea Sandler
Director de "PERFILES DEL TANGO"
SR RUBEN FIORENTINO, MUY BUENA SU CRÓNICA "POR SIEMPRE NELLY" SOY UN GRAN ADMIRADOR DE QUIEN EN SU MOCEDAD CONOCIERA A CARLOS GARDEL Y QUE SIGUE SIENDO A PESAR DE SU LONGEVIDAD UN CLARO EXPONENTE DE LA MUSICA CIUDADANA Ó RIOPLATENSE SI ME PERMITE.-
COMO SOY UN SEPTUAGENARIO QUE GUSTA ESCRIBIR EN DÉCIMAS CON CUASI EL MISMO TENOR DE LA IMPRONTA DE LOS VIEJOS O NUEVOS PAYADORES, ME PERMITO EN ADJUNTARLE UNAS DÉCIMAS DEDICADAS A NELLY OMAR CON LA CARACTERÍSTICA DE QUE TRATO DE HABLAR CON NOMBRES DE CANCIONES QUE ELLA INTERPRETARA EN VASTA CARRERA.- PIDIENDO PERDÓN POR EL LITERARIO ATREVIMIENTO, SALUDOLO ATTE.-
ADOLFO ZABALZA (Pergamino Bs As)
A NELLY OMAR: (al cumplir 90 años en su recital del Luna Park)
“Che papusa oí”
“Suena guitarra querida”
en éste “Barrio de tango”
y en un “Callejón” de fango
sonarán seis cuerdas altivas,
y hoy en “ Tu vuelta”, mi amiga,
“Desde el alma” nos abrazas
y en el “Misterio” que enlaza
tu “Nobleza de arrabal”,
un “Tango Brujo” al sonar
tus “Murmullos” apelmaza.-
Ésta noche es un “Volver”
a recordar “Viejos Tiempos”,
aquellos que en gran “Silencio”
son “Recuerdos” de un ayer,
y nunca es “Tarde” mujer
pa compararte al “Zorzal”,
pues tu sonoro cantar
“Volvió una noche” estrellada,
para darle a la barriada
su “Melodía de arrabal”.-
“Déjame” morocha altíva
que con “Intima canción”,
recuerde al “Viejo rincón”
del cual fuiste “La cautiva”,
voy por tu “Senda florida”
al tranco del “Pangaré”,
y a usted “Nelly” le daré
por ser “Calavera viejo”
“Aromas” que vienen de lejos
y que nunca olvidaré.-
¡”Eche otra caña pulpero”!
que no soy de “Mala entraña”,
ni soy un “Dandy” con mañas
ni un curdela “Arrabalero”,
mas bien soy un “Pordiosero”
que “Echando mala” ha vivido,
por eso “Tomo y obligo”
tal vez “La última copa”,
y al grito de “Hopa…Hopa”
alzo “La copa del olvido”.-
“Yo beso vuestra mano señora”
con gran “Sentimiento gaucho”,
y “A la luz del candil” de un rancho,
mi “Amante corazón” hoy llora,
el “Barrio reo” de otrora
llevará en su corazón,
“Las flores de tu balcón”
de aquél “Arrabal amargo”
y usted, “La reina del tango”
¡le dará el “Knockout de amor”!
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