Crónica
por Rubén Fiorentino
Cerrábamos un intenso año de gestión y la
cosa parecía que venía mal barajada. El viernes recibo la comunicación de una
de las cantantes programadas con bastante anticipación para conformar el
elenco, anunciándome que no podía concurrir porque se lesionó los ligamentos
cruzados de una de sus rodillas.
Salir a buscar un reemplazo en tan breve
tiempo fue todo un desafío del que finalmente logramos salir airosos. Como
nunca teníamos en tiempo y en forma los cuadernillos conteniendo las obras
triunfadoras y los certificados impresos para los ganadores de un nuevo
certamen literario, cuando nos dimos cuenta que uno de ellos no había quedado
bien y con extrema premura pudimos solucionarlo.
No nos fue igual cuando por un
inesperado tema de salud del entorno familiar, Matías Mauricio, a quien íbamos
a designar Socio de Honor, me anunciaba que sería imposible concurrir a la
cita. Sin contar tampoco que muchos de los participantes del certamen ubicados
en las primeras posiciones no iban a acompañarnos pues residen en sitios como
Canelones, Uruguay, Mina Clavero, Córdoba, Las Rosas, Santa Fe, Salta, San Luis
y las bonaerenses San Antonio de Areco y La Plata.
También estaban los que a
pesar de haber sido avisados vía correo electrónico no habían acusado
respuesta. No obstante, contra viento y marea como se acostumbra a decir, una
vez más salimos airosos. Es más, me atrevería a decir que la velada alcanzó
ribetes de extraordinaria.
Como siempre nos recibió David Robertson Gunn responsable de las instalaciones, el Teatro Municipal “Del Viejo Concejo”, celoso
por que, cada detalle en la iluminación, sonido, temperatura de la sala,
estuviera en orden. Le agradecimos el habitual gesto mientras los músicos se
encargaban de las pruebas de rigor antes de comenzar el acto.
Con todo
dispuesto y respetando el horario establecido dimos comienzo al último acto
institucional de este 2018 que ya se bate en retirada. Con los compases de “De
Academia”, el tango emblema del Centro Cultural del Tango Zona Norte comenzaba
el espectáculo que dimos en llamar “Poniendo el broche”.
Situación rara la que
me tocó vivir puesto que, si bien suelo tener cierta exposición ante el
público, la responsabilidad de la conducción habitualmente recae en Rafael
Ruffet, con innegable oficio para esas lides.
Claro esta vez lo liberamos a
medias de esa responsabilidad para poder mostrarlo inicialmente como cantante,
rol que también domina con eficiencia. Entonces me vi en la paradoja de
anunciar, al anunciador, esta vez en su otra faceta.
Antes de que ello
sucediera hice la presentación de quienes serían los responsables de ponerle
marco musical a la noche, los maestros Carlos Ferrando y Hugo Pagano que dando
muestra de su capacidad interpretativa nos deleitaron con dos instrumentales,
Amurado y Quejas de bandoneón, premiadas con aplausos y ovaciones del numeroso
público que se daba cita para acompañarnos.
Restablecido el necesario silencio pudimos escuchar al hombre de Villa Adelina que se despachó con Tango de otros tiempos, La abandoné y no sabía, Lo que vos te mereces y a pedido del público Che, bandoneón, mientras su nieto Mauricio, desde la primera fila, plasmaba en filmación la actuación de su abuelo.
Restablecido el necesario silencio pudimos escuchar al hombre de Villa Adelina que se despachó con Tango de otros tiempos, La abandoné y no sabía, Lo que vos te mereces y a pedido del público Che, bandoneón, mientras su nieto Mauricio, desde la primera fila, plasmaba en filmación la actuación de su abuelo.
Entonces
adelantamos la entrega de uno de los Reconocimientos a la Trayectoria que le
pondrían emoción a la noche. Marta Guarneri que superando con férrea voluntad
sus actuales dificultades de movilidad estaba allí para que le hiciéramos ese
mimo que significa este reconocimiento público, rubricado por un humilde
pergamino que seguramente en lo emocional tendrá un valor incalculable. Tantos
años sobre un escenario brindando su arte merecían éste y muchos otros
reconocimientos. Acaso nos cabe el honor de haberlos iniciado.
Cumplimentado el
homenaje Juan Carlos Guillén, el vecino de Beccar que se sumaba para suplir a
su colega Paulina Di Monte que desde San Martín nos anoticiaba de su temporal inconveniente
físico para concurrir. Juan Carlos con su disposición y capacidad nos ofrendó
lucidas páginas de su repertorio como son Malevaje, Tesoro mío, Me duele el
corazón y Chuzas, este último agregado por la exigencia del soberano que
reclamaba el consabido otra. En lo personal me sigue debiendo Tango argentino,
tema este del que hace una verdadera creación.
Muchas presencias importantes
albergaba la sala, escritores, poetas, cantantes, medios de prensa,
representantes de entidades amigas y hasta funcionarios como Teresita
Capparelli que decía presente acompañándonos en tan magno acto, Concluida la
actuación de Guillén un nuevo momento emotivo lo protagonizaba el maestro Tito
Ferrari, el otro destinatario del anual Reconocimiento a la Trayectoria.
Acompañando de nuestro amigo el cantor Jorge Tortosa que se encargó de
contactarlo, acercarlo a la sala y reintegrarlo a su domicilio. El veterano
maestro con indisimulada emoción recibía este tributo que no es un halago, es
un acto de justicia.
Para este entonces de la reunión ya Rafael Ruffet
compartía conmigo la responsabilidad de conducir con la eficiencia reconocida.
Un popurrí de Pedro Laurenz a cargo de Hugo Pagano y Carlos Ferrone arrancó
nuevamente los consabidos vítores y las ruidosas palmas que enrojecían de tanto
aplaudir.
Proseguimos luego las entregas, esta vez la Orden de la Amistad
Tanguera que correspondió a la señora María Cozzitorto que tanto bregó por el
éxito de las 9 jornadas gardelianas celebradas durante la última semana de
junio y primera de julio en el Anexo de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos
y Cultural “Dante Alighieri”. “Tota”, como la llamamos sus amigos, agradeció poniendo
en duda el hecho de ser merecedora a esa distinción. Querida amiga es
sentimiento unánime de quienes integramos la Comisión Directiva del Centro
Cultural, de socios y allegados que con creces te ganaste este humilde
reconocimiento que te quisimos otorgar.
A continuación, Héctor Moyano sería el
primer sorprendido de la noche cuando recibiera de manos de Rafael Ruffet y
mías el reconocimiento por sus más de seis décadas en la senda del tango. Justa
distinción para este representante de Zona Norte que con el canto y también en
su misión dirigencial tanto hace por esta música que tanto queremos.
Representante
de ese maravilloso grupo “Las Perlas del Tango” que orienta nuestro socio y
amigo Claudio Durán, Luciana Bresse llegaba para darle un toque femenino a esta
noche, en que en forma diferida celebrábamos el Día Nacional del Tango. La dama
arrancó poniendo alta la vara con De igual a igual para proseguir luego con
Desencuentro, Y no puedo olvidarte, rubricando su actuación con Y no tenés
perdón.
Sabíamos en tanto, de la expectativa creciente de los concursantes del
certamen literario temático que anualmente proponemos, porque avanzaba la
reunión y todavía no habíamos soltado prenda de sus resultados. Comencé por las
menciones y seguí avanzando en orden decreciente desde los puestos quinto a
segundo de cada rubro, con la secreta expectativa, que alguno de los premiados
estuviera presente. No fueron los resultados que cada uno espera cuando con
entusiasmo elabora la propuesta, pero nos sentimos reconfortados cuando la
señora María Battistesa de Castelar subió al escenario para recibir el diploma
por su cuarto puesto en el rubro poesía y también cuando con alguna demora se
hizo presente el señor Omar Pertusi que llegaba de Lujan y recibía con alegría el
segundo puesto de poesía.
Sería Carlos Gari quien pondría su sello en una
velada que, a esa altura de la noche me atrevo a calificarla de brillante. El
reconocido intérprete nos regalaba en su personal estilo Lo han visto con otra,
Milonguita, Naranjo en flor, Los mareados y La última curda. Demás está decir
las ovaciones, vítores y batir de palmas que mereció esta presentación que me
atrevo a rotular de histórica.
Después del consabido suspenso por fin haríamos
públicos a los ganadores del certamen. Por suerte ambos nos acompañaban. La
señora Graciela Rubio que con su obra Al Rey del Compás se adjudicaba el primer
premio de poesía y el señor Rubén Alberto Lamónica que con El imparcial recibía
idéntica distinción en cuento breve. Subió a recibir primero de manos de los
jurados presentes, Martha Muñoz, José Jorge Aldecoa Davies y Laureano Castano,
la señora Rubio su certificado y trofeo, no obstante, por la emoción que la
albergaba, no pudo leer su obra como se le requiriera y me tocó a mí el honor
de dar a conocer tan hermosa obra, cosa que me halagó profundamente.
Luego Lamónica
recibía por partida doble, el primer premio de cuento breve y el premio a
entidades en ese rubro, representando a la peña Cielito de San Isidro. Cabe
acotar que la misma distinción en el rubro poesía la recibió el grupo
Musicantes, arrabal y poesía por los trabajos presentados por la señora Delia
Esther Fernández Cabo de Canelones, Uruguay y el premio especial Roberto
Peregrino Salcedo, el señor Gustavo Green de San Antonio de Areco, por su obra “Eternidad
de los fueyes”. Lamónica, visiblemente emocionado, a punto de mostrarse
tembloroso con las distinciones obtenidas, tampoco leyó su obra como le
solicitábamos y dado lo avanzado de la hora y con la necesidad de entregar la
sala en tiempo y forma, omitimos la lectura pues su trabajo estaba inserto como
corresponde en el cuadernillo que recibirían todos al egreso.
Con la glosa de
Aldecoa Davies a la señora Bresse y los compases de Melodía de arrabal que
reunió a todo el elenco sobre el escenario daba fin a una extraordinaria
jornada de tango que nos contaba como protagonistas.
Cuando como de costumbre
en cada despedida hacía subir a la Comisión Directiva en pleno del Centro Cultural
del Tango Zona Norte, Academia Correspondiente de la Academia Nacional del
Tango, como artífices todos ellos del acto celebrado, me convertía yo en el
segundo sorprendido al recibir de manos de ellos un reconocimiento a mi labor
como soldado de esta noble causa del tango. Una caricia al alma que no voy a
olvidar nunca. Gracias amigos por tanto.
Fotos Gentileza Ricardo Demelli y Claudio Durán.
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