Resulta particularmente reconfortante para quienes pasamos muchas horas planeando un espectáculo, gestionando un lugar apropiado donde ofrecerlo, conformar un elenco de jerarquía, darle debida difusión para que no pase desapercibido, formulando invitaciones personales y a entidades, cuando finalizado el mismo, el público se queda elogiando el momento que acaban de vivir, ponderando a los artistas y felicitándonos por la organización... Pero claro, las historias se cuentan por el principio y yo de ansioso y emocionado ya les adelanto el final…
La cosa se iniciaba minutos después de la hora 20, tal como estaba establecido. Era el momento en que Graciela Raffa con esa solvencia reconocida daba la bienvenida al público asistente, para cederme luego el micrófono.
Después de agradecer a los dueños de casa por permitirnos el uso de las instalaciones hice una reseña de una fecha cara al Centro Cultural del Tango Zona Norte, episodio del que se cumplieron veinte años el pasado 27 de marzo, su presentación en sociedad, a metros del lugar que en la jornada nos cobija, más precisamente el cine teatro Stella Maris.
Mientras los micrófonos contenían nuestras voces Armado Benavídez en contrabajo, Nicolás Maserateci en bandoneón y Lautaro Benavídez en teclado ya se alistaban para a posteriori de la presentación de Graciela, ofrendarnos dos lucidos instrumentales Felicia y Libertango. Demás está decir la ovación que arrancó de la concurrencia tan magnífica demostración.



Mónica Gabriela Santos Vega fue quien la sucedió en
está cronología del espectáculo que estableció “Abran cancha…¡Llegan ellas!”.
La cantante uruguaya que ya nos había deslumbrado el año anterior en el cine
teatro Stella Maris en oportunidad del homenaje a Carlos Gardel que tributa la
Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri” de la mano de
su presidente Mario Calónico, volvió a reverdecer bien ganados pergaminos.
Tabaco, Afiches y Malena marcaron su lucida actuación retribuida también con
flores que llegaron de la mano de Héctor Moyano.


Después de los anuncios retomó la
conducción Graciela para presentar a Mirta Godoy, la que haciendo gala de un
dominio absoluto del escenario propició el clima para darle cabida luego, a sus
interpretaciones de Y te parece todavía, Y todavía te quiero y De mí barrio. Ricardo Demelli fue el encargado de entregarle la ofrenda floral a la dama al
cabo de su muy celebrada actuación.


Marta Cortés era la encargada de cerrar esta noche a pleno tango, en el casco histórico de la ciudad. Con una dilatada trayectoria que la llevó allende las fronteras, la vecina de Villa Adelina tenía sobrados merecimientos para ponerle broche al acto y así lo hizo, reafirmando sus bien merecidos lauros. Los mareados, Garganta con Arena, Sur, Balada para un loco y La cumparsita fueron un digno epílogo para la jornada. Luis Ferroni entregó las flores de rigor a Marta y un servidor a Graciela Raffa.


Fotos gentileza Luciana Bresse, Claudio Durán y Ricardo Demelli.
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