Crónica por Rubén
Fiorentino
En vísperas de conmemorarse un nuevo día
Internacional de la Mujer encaminé mis pasos a la Metrópoli para presenciar lo
que a la postre sería un sensacional espectáculo.
Claudio Durán, el mentor de tan
prestigioso grupo invitaba y claro había que tratar de hacerse eco de tan
gentil invitación.
El público que generosamente poblaba la
sala Montevideo del palacio legislativo porteño me empezaba a entregar, de a
poco, caras de amigos que me brindó el tango, virtuales y de los otros que
cantaban presente en tan magno acto.
Allí “haciendo la gamba” se los veía entre
otros a Roberto Bascoy, Gerardo Emilio, Roberto Chaleán, Walter Piazza, Ricardo
Lister, Luciana Bresse y seguramente tantos otros que quien esto les narra no
logró identificar.
Tras las palabras de bienvenida de los
dueños de casa, una locutora disfónica, que pidió disculpas por ello y el Sr.
Juan Diego Bellocchio de la Dirección General de Asuntos Culturales y
Patrimoniales fue Claudio quién tomó la posta para, de a una, ir presentando a
sus perlas.
Fue Marta Pizzo, escritora, poeta,
compositora y ocasional cantante de sus obras la encargada de inaugurar
artísticamente la reunión.
La presentación de obras de su autoría, algunas musicalizadas y otras a la espera de ello provocó unánimes aprobaciones por parte de un público ansioso de devorar tan preciado menú.
La presentación de obras de su autoría, algunas musicalizadas y otras a la espera de ello provocó unánimes aprobaciones por parte de un público ansioso de devorar tan preciado menú.
Que decir acaso cuando les tocó el turno a
Tango mío, dúo formado por Fernando Acedo en guitarra y Luján Vera en canto que,
cosechando nutridos aplausos de la concurrencia, nos regalaron Tango y mugre,
Sin piel y Milonga del 17 del propio Acedo
que fue acompañada con palmas de los
presentes. Vero Koufati llegó después para seguir enrojeciendo las manos de quienes allí estábamos que así nos manifestábamos para premiar sus lucidas interpretaciones,
fundamentalmente de Fueron tres años de Juan Pablo Marín bien secundada
musicalmente por el maestro Claudio Parenti.
Con Claudio haciendo previamente una
apretada síntesis de los pergaminos de las damas que presentaba, ocupa la
atención de todos Fernanda Vega, que entre los que componemos el Centro
Cultural del Tango Zona Norte causara siempre una notable impresión, tanta que
en algún momento expresé, viendo su figura menuda “No sé cómo hace para
contener en ese cuerpo tanta fuerza interpretativa”. Fiel a sus antecedentes,
para beneplácito de todos nos obsequió obras como La abandoné y no sabía, Che,
bandoneón y La flor de la canela que aún a la hora de redactar esta crónica
seguía perfumando mis oídos.
La tarde comenzaba a hacerse noche, pero
el deseo que aquello no terminara nos ganaba seguramente a todos cuando Vanina
Mazzara, “La rubia del tango”, con esa entrega total, en cuerpo y alma que la
caracteriza, cantaba su presente con páginas como Garganta con arena, Y todavía
te quiero y Ándate por Dios.
Con un descanso merecido para Parenti que
tanto hacía para realzar la labor de las damas le tocó el turno de empuñar “la
de las seis cuerdas” a Guillermo Martel que con la misma eficacia que su
antecesor prestó su arte para que Delia Mucci se luciera en Gota de lluvia, En
esta tarde gris y Malevaje.
No
acallados aún los ecos que despertó la actuación de tan destaca intérprete, a
quien confieso no conocía, Martel y Parenti dieron marco instrumental, con su
ejecución de Gallo ciego, a las figuras coreográficas que con personalísimo
estilo nos brindaban Morena Tango y Pablo Ugolini.
El reloj impiadoso avanzaba y ahora sí el
final estaba próximo, lo brindarían una señora de la canción, Elba Cristian que
se hizo el tiempo para recordar a sus colegas que ya no están, Virginia Luque,
Nelly Omar y Alba Solís y una parte grande de la historia del tango, el maestro
Jorge Dragone, acompañante natural de figuras de la talla de Alberto Castillo,
Argentino Ledesma, Hugo del Carril y Héctor Mauré. Tal conjunción no podía dar como
resultado otra cosa que no fuesen ovaciones, vítores y signos inequívocos de
aprobación.
Así finalizaba la presencia estelar de
“Las perlas del tango” en el Salón Montevideo de la Legislatura porteña.
Vendrían después los saludos, las
felicitaciones para todas y todos y las fotos que dejarán un recuerdo
imperecedero de tan grato momento vivido.
Fotos gentileza: Vero Koufati, Elba Cristian, Legislatura porteña y Guillermo Bolaños.
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