Crónica
por Rubén Fiorentino
Más que auspicioso está resultando 2015, tiempo calendario que
celebraremos nuestros primeros dieciocho años de existencia, para el Centro
Cultural del Tango Zona Norte. El pasado 17 del corriente asociándonos a los
festejos por un nuevo aniversario del Santo Patrono produjimos el segundo
espectáculo de la temporada y como el primero celebrado en el Colegio de
Abogados de San Isidro, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, resultó
sencillamente brillante. Bastante antes de la hora fijada para el comienzo, las
instalaciones del Teatro “Del Viejo Concejo” presentaban pocos lugares
disponibles que se vieron colmados poco después, cuando el tango emblema, “De
Academia”, dejaba oír sus primeros compases. Jorge Gatti que ofició de
conductor, fue el encargado de dar la bienvenida a autoridades, representantes
de entidades amigas, miembros de la prensa, socios activos y de honor del
Centro Cultural y público en general. Inmediatamente me tocó a mí dirigir la
palabra a la concurrencia a quienes les expresé mi particular orgullo de ser
hijo de esta tierra y para manifestarlo como más me gusta les leí el poema que
me pertenece, Mi barrio donde aflora todo el cariño que siento por ese rinconcito
de la “patria chica” que es Monte Viejo.
Concluida mi labor, nuevamente Gatti se hizo dueño del micrófono para
anunciar a los invitados de esta noche de gala, el coro de la Sociedad Italiana
de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”. El numeroso grupo conducido
por Alejandra Leuker hizo gala de un ensamble armonioso de sus integrantes y un
delicado buen gusto a la hora de elegir repertorio, denunciando un trabajo
previo intenso antes de iniciar el desafío de enfrentar al gran público. Fueron
cinco los temas que nos obsequiaron en esta nueva presentación y Chitarra romana, Son tutte belle limone,
Buonanotte Cosenza y hasta los tangos Caminito y Tinta roja, este último dando
epílogo a su actuación. El reconocimiento del soberano no se hizo esperar y
estruendosos aplausos coronaron tan meritoria entrega. Llegaría después el
momento en que los músicos que irían a acompañar a los cantantes a lo largo de
la noche demostraran su virtuosismo en temas instrumentales y a fe que lo
lograron con creces. Rompió el fuego Danzarín al que lo siguió un popurrí de
valses donde no faltaron pasajes de Palomita blanca, El viejo vals y La loca de
amor, solamente por citar algunos. A esta altura de la jornada Julio Pérez
y Mario Curra demostraban que no nos habíamos equivocado al convocarlos para
que sumen sus cuerdas a este espectáculo.
Aplausos y aclamaciones partían
desde la sala coronando tan magnífica labor cuando nuestro laureado conductor
enfrentaba otra vez a la nutrida concurrencia para anunciar a Ángel Gazzán, un
exquisito cantante que, pese a su dilatada trayectoria que le hizo recorrer los
más diversos escenarios aun allende a nuestras fronteras, sigue reafirmando su
vigencia con un admirable nivel. De su privilegiada garganta tuvo el inmenso
gusto de escucharlo en Tinta roja, La abandoné y no sabía, No me hablen de
ella, cerrando su actuación con Toda mi vida, una suerte de homenaje a
“Pichuco” a horas nomás de cumplirse el cuadragésimo aniversario de su partida.
Los vítores para tan destacada
actuación no se acallaban aún cuando es Bety País quien salió a rendir prueba
de su capacidad interpretativa en la sala municipal. La dama de Villa Adelina
eligió para comenzar su actuación Argentina, una página de su añorado maestro
Sebastián Piana y Homero Manzi, le siguió
con De igual a igual, continuó con Tu vuelta en declarado homenaje a Nelly Omar
y cerró con un clásico de su repertorio, La cumparsita pero en lenguaje quechua.
En tanto esto acontecía en el escenario, en las butacas, las palmas de sus
ocupantes enrojecían de tanto aplaudir. Allí logré reconocer caras amigas como
el matrimonio Amarillo, excelentes bailarines de esta parte del conurbano, el
Dr. Arena, Julián Blanco y Sra., Teresita de Capparelli, Ricardo García y
señora, representantes de la Asociación “Hijos y Amigos de San Isidro”, Luis
Bagatoli, presidente de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de San
Isidro, Oscar Vera, Vicepresidente del Círculo de poetas de Boulogne y su
esposa, la
escritora Estela Garrido , , la Junta de Estudios Históricos
de Martínez, Elena Polledo García y Nieves Lampín representantes de San Isidro
Tradicional, La
cuentista Mónica y el poeta Eduardo Lozano, los socios de
Honor Primo Antonio y Roberto Chaleán la cancionista Silvia
Blasco Francini, y el cantor Juan Carlos Guillén, Mercedes,
viuda de Oscar Ferrari, Luis Ferroni del San Isidro Automóvil Club, el difusor
Pedro Cahue y Sra., Barcala de Radio Área Uno, Mario Calónico Presidente de la Sociedad Italiana
de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”, y seguramente muchos más que
se me escaparon entre tan nutrida concurrencia.
Les confieso que en lo íntimo
había llegado un tanto preocupado porque por una inesperada disfonía Luis
Caroprese no se haría presente a brindarnos su arte como estaba previsto y de
alguna forma debíamos llenar el hueco que quedaba. Fortuitamente Raúl Funes
llegó acompañado de Raúl Borda por quien me solicito la posibilidad de
incluirlo en el programa para hacer uno ó dos temas. No lo conocía pero
tratándose de alguien recomendado por semejante intérprete, seguramente su
nivel sería acorde con lo que solemos presentar. Efectivamente, Raúl tras
acordar con los músicos temas y tonos nos regaló Cafetín de Bs. As., Chuzas y
Los cosos de al lao, nos demostró a nosotros al público presente con creces su
valía.
Llegó después el tiempo de una señora de la canción Marta
Cortés , que arrancó su actuación con La canción de Bs. As.,
prosiguió con Malena, continuó con Los mareados, luego bromeando anunció la
versión traducida de La cumparsita a propósito de lo escuchado previamente en
lengua indígena. En realidad se trató de una particular versión de Marta,
recitando primero los versos de Celedonio Esteban Flores de Porqué canto así
para al recordado estilo de Julio Sosa, para rematar con las primeras estrofas
de la letra escrita por Pascual Contursi y Enrique Pedro Maroni. Para la
despedida guardó Balada para un loco, obra que también quería hacer Funes y que
según el decir de la dama, el azar de una moneda determinó que fuera ella quien
lo hiciera. Visiblemente emocionada por el afecto demostrado por la gente,
además de su hinchada propia que tenía a su entusiasta nieto como fanático
admirador, bajó Marta del escenario para dar paso a, para mi juicio personal,
una de las voces más importantes que tiene el tango de nuestros días: Raúl
Funes.
El hombre, enamorado desde pequeño de San Isidro que cumplió el sueño de
afincarse en este terruño, quería también rendir tributo al Santo Patrono,
sumándose a la fiesta. Una
emoción de Suñé y Kaplún fue el inicio de su labor, para deleitarnos después
con Romance de Barrio, Maquillaje, Como dos extraños y Vieja viola que marcó el
final de su actuación y del espectáculo.
Restaba nada más que la presencia de todo el elenco en el escenario para
recibir el tributo de quienes habían disfrutado de su actuación, nuestro
agradecimiento por las presencias y la despedida obligada hasta la próxima cita
que será, Dios mediante el 27 de Junio en el cine teatro Stella Maris donde
estaremos brindando el apoyo logístico, en el tradicional homenaje que la Sociedad Italiana
de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri” asigna en su calendario para el
“Zorzal criollo”.
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