CRONICA
Por Rubén Fiorentino
Quienes ayer, sábado 4 de Agosto se dieron cita
en 9 de Julio 512, San Isidro seguramente se estarán felicitando de haber
tomado la decisión de acudir a la convocatoria del Centro Cultural del Tango
Zona Norte. No me deja mentir la dama que por otro motivo relacionado al tango
me llamó desde Escobar y a quien invité apenas una hora antes de que comenzara
la cosa y se fue plenamente satisfecha prometiendo asistencia al próximo
compromiso. Tal fue la jerarquía del espectáculo ofrecido que no hubo más que
palabras de aprobación para los protagonistas y porqué no de rebote “ligamos”
también los organizadores.
Puntualmente, como estaba previsto sonó el tango
emblema, “De academia” que marcó el inicio de la cosa. Luego fue, con la capacidad
que nos tiene acostumbrados, la bienvenida que nombre de la institución realizó
Rafael Ruffet para, luego sí, desarrollar el programa previsto. Los invitados
de lujo fueron en esta oportunidad el coro de la Sociedad Italiana de Socorros
Mutuos de San Isidro, dirigidos por la profesora Lucila Armando que en el
idioma del Dante, que a muchos nos trae a la memoria a nuestros ancestros, nos
regalaron Bella Roma, La orilla negra, para después brindarnos una impensada
Milonga del 900 que fue una suerte de homenaje que le brindaron al Centro
Cultural y al público asistente. El
consabido otra no se hizo esperar y nuevamente los ilustres visitantes se
volvieron a expresar en lengua itálica para dejarnos un memorable Cury cury.
Por supuesto los aplausos prodigados premiaron a una formación que ya sabe de
estos halagos frutos de un trabajo intenso realizado por la profesora y sus
dirigidos que lograron en esa pluralidad de voces el ensamble y la armonización
adecuada para conseguir esos resultados.
Virginia Klammer |
Para hacer la pausa necesaria entre intérprete e intérprete Ruffet nos
recordaba las presencias de entidades que nos estaban acompañando como la
Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”, la
Asociación de Jubilados y Pensionados de Standard Electric, el Círculo de
Poetas de Boulogne y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de San Isidro,
la institución más vieja del Partido que el próximo 19 de Agosto cumplirá sus
primeros 140 años. También destacó a la funcionaria Teresita Capparelli, a los
cantantes Andrés “Chocho” Hidalgo, Héctor Moyano y Juan Carlos Guillén que en
calidad de público nos estaban acompañando y a los difusores Jorge Bottino,
Roberto Fraga y Jorge Gatti también presentes en la oportunidad.
Tocaba el
turno después a un experimentado Ángel Taborda que nos demostró todo su oficio
en Anclao en París, Más allá del corazón y Quemá esas cartas para darle broche
a su actuación con Triste destino, aquel tema hecho como a su medida por
Agustín Magaldi del que no pudo dejar registro sonoro.
Luis Caroprese |
A esta altura de la
reunión a muchos les parecía que ya se podrían retirar satisfechos pero había
todavía mucha cuerda en el carretel para desplegar y no habían callado las
ovaciones para Taborda cuando Norma Labat, un producto genuino del Centro
Cultural, que entonó sus primeros tangos en nuestra vieja sede de Pirán 444
irrumpió en el escenario para ofrendarnos El abrojito, Como dos extraños y Sin
palabras para rematarla después con Rebeldía.
Llegaba después el recuerdo
emocionado de Ruffet para Oscar Santos, el legendario difusor que nos dejó hace
apenas unos días para emprender la “gira celestial” y el agradecimiento
consabido para las autoridades que nos permitieron el uso de las instalaciones
del teatro. La ronda de cantantes se cerraba con Luis Caroprese, otro
intérprete al que prácticamente vimos nacer traído de la mano del querido Jorge
Fernández, siempre en el recuerdo. El hombre de Villa Adelina arrancó su
actuación con Contame una historia para seguir luego con Tinta roja y Por una
cabeza y culminar con Alma, corazón y vida que también fue coreado por los
presentes. Como para mantener ese calor conseguido Tito Ferrari dejaba apreciar
su arte en El choclo, Desde el alma, 9 de Julio y una página infaltable, La
cumparsita.
Lamentablemente el final había llegado pero había tiempo aún para
que todo el elenco, más algún agregado como Héctor Moyano, Margarita Sosa, el
propio Ruffet y un servidor que hizo presencia pero no cantó porque no es su
oficio, nos hicieran el último obsequio,
La canción de Buenos Aires de Orestes Cúfaro Azucena Maizani y Manuel Romero.
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