Por Rubén Fiorentino
Después de varias temporadas de haber
interrumpido la cautivante tarea de ser difusor de tango, rol que desempeñe
durante alrededor de 18 años, siento el impulso de volver a gestar aquellos
libros que escribía para cada audición y luego desarrollábamos, mis hijos y yo.
A poco de ir adentrándome en el mundo del 2 x 4 y a medida que recogía
testimonios de mis vecinos mayores, comprendí que “el pago chico” era una veta
formidable de valores que me brindaban la posibilidad de mostrarle al soberano
el valioso aporte que nuestros conciudadanos nativos o por adopción habían
realizado a la música que nos identifica en el mundo. Había que encontrar un
motivo para reunirlos en un programa y se nos ocurrió que Mayo de cada año, el
mes del Santo Patrono era el tiempo ideal para concretarlo.
Contaba con el
asesoramiento de idóneos en la materia como José Luis Philipp, Atilio Spadaro,
José Ángel Abratte, Pedro Mario Ríos,
Carlos Perucho y Jorge Tirigall. También con aquellas cuatro únicas grabaciones
de Manuel Oreiro que me había facilitado Horacio Ventorutti, con viejos discos
de 78 rpm de José Abratte, con grabaciones tomadas desde un estudio de radio de
Antonio Macri que me consiguiera Ilda Brutten y todas las ganas de seguir
acrecentando el material con obras como Mi San Isidro y Seguí como sos cuya
autoría compartían Caropresse, Grosso y el ex intendente municipal Melchor
Ángel Posse, con San Isidro del siempre recordado Benito Calva y grabaciones de
páginas de Antonio Cima que me brindara el colega Pedro Cahue y otras de Arturo
Castillo.
También estaban los veteranos pero aún vigentes Miguel Ubaldón y
Héctor Moyano, las singulares interpretaciones de tangos en quechua de Bety
País, y las muy valiosas versiones de María José Mentana, Víctor Renda, Juan
Carlos Rolón, Aldo Campoamor, Luis Caroprese, Carlos Poisa, Miguel Baró, Jorge
Cami, Juanca Tavera, Roberto Rufino, Norma Labat, Margarita Aybar, Dorita Davis, Tita Galatro,
Ricardo Guzmán, Juan Carlos Guillén, Alberto Alem, Osvaldo Ramos, Argentino
Ledesma, Ángel Cárdenas, Raúl Lavié, Raúl Cobián, Oscar Alonso y el crédito de
“La Calabria” Raúl Iriarte. En el firmamento de
las cancionistas aparecerían luego en escena otras damas como las dos
Cecilias, Bonardi y Cordone.
Gaineddú, Gabarrella, "Fiore", Rolón, Pedro M. Ríos y Peregrino |
“El clásico de la noche del
viernes” como nos jactábamos al identificarlo se mantuvo en el aire por FM
Santa Rita durante diecisiete años consecutivos (más de 800 programas) y dejó de hacerlo al cierre de la
emisora. Tomábamos el micrófono minutos después de las veintiuna, siempre
precedidos de la voz de Floreal que desplegaba toda su magia con aquella
inolvidable cortina: “Romance de barrio”. Los programas de Mayo tenían un solo “foráneo”,
Carlos Gardel, a quien considerábamos patrimonio de todos los barrios y por
ende también de San Isidro, lugar que visitó en reiteradas oportunidades,
algunas por cuestiones artísticas y otras socialmente. De reseñar las primeras
nos ocupamos en diferentes ocasiones con testimonios fehacientes aportados por los
historiadores Jorge Tirigall y Rodolfo Omar Zatti. También nos dimos el lujo de
reportajes a las figuras mencionadas antes, actuaciones en vivo de los mismos y
acaso también de estrenos de páginas como El tango aquel de José Luis Philip y
Roberto Siri, cuarto en el certamen de tangos inéditos Enrique Santos Discépolo
que se realizó en Mar del Plata en 1998.
Dispuestos como siempre a reseñar la historia del tango y los aportes locales al género, esta vez quisimos recrear la génesis de este tipo de homenajes surgidos desde un modesto ciclo radial, antes de continuar con los merecidos reconocimientos a las figuras, los lugares y los personajes sanisidrenses que hicieron su aporte al firmamento tanguero... Y si hablamos de "Abriendo un Camino", por qué no dejarlos, no sin un dejo de nostalgia, con la cortina que inauguraba y clausuraba cada uno de aquellos envíos...
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