El 1° de Abril de 1963 fue sin duda un día importante para el tango. En esa precisa jornada iban a unir sus talentos dos grandes de la música que nos identifica en el mundo, hoy patrimonio cultural de la humanidad. Sus carreras estaban signadas por el derrotero del éxito. Troilo como bandoneonista, director y compositor brillante y Rufino con una trayectoria que incluía actuaciones con directores más que importantes como Carlos Di Sarli, Miguel Caló, Francini-Pontier, etc. y en todas ellas destacando su condición de figura que se extendió aún en su etapa de solista.
“El pibe” permaneció en la formación del autor de Responso hasta el 31 de Diciembre de 1965. En ese tiempo compartió el rubro vocal de la orquesta con otros grandes como Roberto Goyeneche, Elba Berón, Nelly Vázquez y Tito Reyes. En el lapso de apenas 2 años y ocho meses se produjeron 11 grabaciones. Fueron ellas Frente al mar de Mariano Mores y Rodolfo Taboada (NdR: En el video dice "Puente" cuando debería decir "Frente", en realidad es un error de quien subiera el mismo a Internet, a través de youtube) y Ninguna de Raúl Fernández Siro y Homero Manzi, grabadas ambas el 24 de Abril de 1963. María de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo que data del 7 de Mayo de ese mismo año. Quien lo habría de pensar de Alberto Laureano Martínez y el propio Rufino registrada en la placa sonora exactamente una semana después, el 14 de Mayo, el mismo día que a dúo con el polaco Goyeneche registran para los tiempos el vals de Manuel Sucher y Roberto Cantoral, Quiero huir de mí. Los viejos estudios de RCA Víctor los reúnen nuevamente en otra sesión de grabado el 5 de Junio para inmortalizar Porqué la quise tanto de Mores y Taboada y Desencuentro de Troilo y Cátulo Castillo. El último registro de ese año 1963 lo realizan el 18 de Junio y la página elegida es Amores de estudiante de Gardel, Le Pera y Battistella. Tardarían bastante en concretar otro trabajo discográfico que recién se ejecuta el 22 de Diciembre de 1964 cuando se animan a dejar en el surco Que falta que me hacés de Miguel Caló, Armando Pontier y Federico Silva. Los dos últimos registros fonográficos del memorable dueto se dan en 1965. El 4 de Enero de ese año incursionarían con un tema que Troilo ya había grabado con Raúl Berón, en 1953, en el sello TK, Mensaje, obra que dejara inconclusa por su muerte Enrique Santos Discépolo y que completara Cátulo Castillo y el 13 de enero cerrarían el ciclo discográfico con un clásico de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez, Siga el corso que Troilo y Marino ya habían registrado el 7 de Junio de 1944 en los mismos estudios Víctor. Cabe acotar que María ya había sido grabada por la dupla Troilo-Marino el 9 de Octubre de 1945 y Desencuentro fue grabado también por Troilo con Elba Berón el 9 de Enero de 1962.
En el tango canción "Amores de Estudiante" la orquesta suena más cerca de la orientación de Osvaldo Fresedo o Mariano Mores. La interpretación de Rufino alcanza ribetes de gran cantante lírico, como pocas veces en su trayectoria.
El 11 de junio se celebra el "Día Nacional del Bandoneón" en homenaje a un nuevo aniversario del natalicio del mayor exponente de ese instrumento, Aníbal Carmelo Troilo o simplemente...Pichuco
El 1° de Abril de 1963 fue sin duda un día importante para el tango. En esa precisa jornada iban a unir sus talentos dos grandes de la música que nos identifica en el mundo, hoy patrimonio cultural de la humanidad. Sus carreras estaban signadas por el derrotero del éxito. Troilo como bandoneonista, director y compositor brillante y Rufino con una trayectoria que incluía actuaciones con directores más que importantes como Carlos Di Sarli, Miguel Caló, Francini-Pontier, etc. y en todas ellas destacando su condición de figura que se extendió aún en su etapa de solista. 
“El pibe” permaneció en la formación del autor de Responso hasta el 31 de Diciembre de 1965. En ese tiempo compartió el rubro vocal de la orquesta con otros grandes como Roberto Goyeneche, Elba Berón, Nelly Vázquez y Tito Reyes. En el lapso de apenas 2 años y ocho meses se produjeron 11 grabaciones. Fueron ellas Frente al mar de Mariano Mores y Rodolfo Taboada (NdR: En el video dice "Puente" cuando debería decir "Frente", en realidad es un error de quien subiera el mismo a Internet, a través de youtube) y Ninguna de Raúl Fernández Siro y Homero Manzi, grabadas ambas el 24 de Abril de 1963. María de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo que data del 7 de Mayo de ese mismo año. Quien lo habría de pensar de Alberto Laureano Martínez y el propio Rufino registrada en la placa sonora exactamente una semana después, el 14 de Mayo, el mismo día que a dúo con el polaco Goyeneche registran para los tiempos el vals de Manuel Sucher y Roberto Cantoral, Quiero huir de mí. Los viejos estudios de RCA Víctor los reúnen nuevamente en otra sesión de grabado el 5 de Junio para inmortalizar Porqué la quise tanto de Mores y Taboada y Desencuentro de Troilo y Cátulo Castillo. El último 
registro de ese año 1963 lo realizan el 18 de Junio y la página elegida es Amores de estudiante de Gardel, Le Pera y Battistella. Tardarían bastante en concretar otro trabajo discográfico que recién se ejecuta el 22 de Diciembre de 1964 cuando se animan a dejar en el surco Que falta que me hacés de Miguel Caló, Armando Pontier y Federico Silva. Los dos últimos registros fonográficos del memorable dueto se dan en 1965. El 4 de Enero de ese año incursionarían con un tema que Troilo ya había grabado con Raúl Berón, en 1953, en el sello TK, Mensaje, obra que dejara inconclusa por su muerte Enrique Santos Discépolo y que completara Cátulo Castillo y el 13 de enero cerrarían el ciclo discográfico con un clásico de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez, Siga el corso que Troilo y Marino ya habían registrado el 7 de Junio de 1944 en los mismos estudios Víctor. Cabe acotar que María ya había sido grabada por la dupla Troilo-Marino el 9 de Octubre de 1945 y Desencuentro fue grabado también por Troilo con Elba Berón el 9 de Enero de 1962. 
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En el tango canción "Amores de Estudiante" la orquesta suena más cerca de la orientación de Osvaldo Fresedo o Mariano Mores. La interpretación de Rufino alcanza ribetes de gran cantante lírico, como pocas veces en su trayectoria.
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