Por Rubén Fiorentino
Aún sin reponerme de la partida de Jorge Leive recibo la infausta nueva que el cantor Horacio del Solar, nuestro amigo, emprendió el viaje pa´los pagos de donde no se vuelve. No cualquiera puede ostentar haber sido vocalista de una formación emblemática como la que conducía Don Francisco Pracánico. Horacio llevaba un largo camino de recorrer escenarios y aún octogenario conservaba esa afinación y dicción que lo acompañaron a lo largo de su extensa carrera. 
Quizá el canto le brindaba esos momentos felices que le estaba negando la vida por los casi sucesivos golpes que fueron la pérdida del yerno, una nieta y de su compañera. Guardo de él recuerdos imborrables como cuando compartí su felicidad cuando en el Teatro Martinelli de San Fernando la Secretaría de Cultura de ese partido le hizo una distinción
o acaso cuando en nombre del Centro Cultural del Tango Zona Norte, en el Teatro Municipal del “Viejo Concejo” de San Isidro, me tocó entregarle el Reconocimiento a la Trayectoria. Lo tengo presente también cuando el 15 de mayo de 2014 descubrimos la placa que recuerda a su antiguo maestro, y él fue parte de aquel espectáculo callejero que brindamos a los presentes junto a Muni Rivero, Rubén “Pocho” Villegas y Carlos Rubén Salazar, que sirvió para ponerle música y canto al acto institucional.
Después de haber recorrido sitios emblemáticos de la noche porteña -Viejo Almacén, Karim, Vos Tango,etc.-, La Casa del Tango de San Fernando fue el reducto habitual donde en sus últimos años entregó su arte. También fue parte de los elencos del Centro Cultural del Tango Zona Norte cada vez que fuera requerido. Horacio había recibido clases de canto de su vecino el maestro Enzo Menconi, para perfeccionarse después con el legendario Eduardo Bonessi. Diferentes formaciones contaron con su canto. A la ya mencionada de Francisco Pracánico donde permaneció desde 1966 hasta 1971 se le pueden sumar otras como la Orquesta Orillera dirigida por Jorge Pracánico, donde tuvo de compañera a la cantante Elba Cristian, Carlos Figari, Alberto Balbera, Vicente Fiorentino, Tango Trío, Quinteto San Telmo y tantas otras que harían interminable la mención Se nos fue un excelente barítono atenorado que siempre supo brindarse por el público no solo de aquí, sino que cosechó también aplausos allende las fronteras, pero por sobre todas las cosas se nos fue un magnífico ser humano que nos premió con su amistad. Abrazo al cielo querido amigo, donde el Señor velará por tu alma.
Quizá el canto le brindaba esos momentos felices que le estaba negando la vida por los casi sucesivos golpes que fueron la pérdida del yerno, una nieta y de su compañera. Guardo de él recuerdos imborrables como cuando compartí su felicidad cuando en el Teatro Martinelli de San Fernando la Secretaría de Cultura de ese partido le hizo una distinción
o acaso cuando en nombre del Centro Cultural del Tango Zona Norte, en el Teatro Municipal del “Viejo Concejo” de San Isidro, me tocó entregarle el Reconocimiento a la Trayectoria. Lo tengo presente también cuando el 15 de mayo de 2014 descubrimos la placa que recuerda a su antiguo maestro, y él fue parte de aquel espectáculo callejero que brindamos a los presentes junto a Muni Rivero, Rubén “Pocho” Villegas y Carlos Rubén Salazar, que sirvió para ponerle música y canto al acto institucional.
Después de haber recorrido sitios emblemáticos de la noche porteña -Viejo Almacén, Karim, Vos Tango,etc.-, La Casa del Tango de San Fernando fue el reducto habitual donde en sus últimos años entregó su arte. También fue parte de los elencos del Centro Cultural del Tango Zona Norte cada vez que fuera requerido. Horacio había recibido clases de canto de su vecino el maestro Enzo Menconi, para perfeccionarse después con el legendario Eduardo Bonessi. Diferentes formaciones contaron con su canto. A la ya mencionada de Francisco Pracánico donde permaneció desde 1966 hasta 1971 se le pueden sumar otras como la Orquesta Orillera dirigida por Jorge Pracánico, donde tuvo de compañera a la cantante Elba Cristian, Carlos Figari, Alberto Balbera, Vicente Fiorentino, Tango Trío, Quinteto San Telmo y tantas otras que harían interminable la mención Se nos fue un excelente barítono atenorado que siempre supo brindarse por el público no solo de aquí, sino que cosechó también aplausos allende las fronteras, pero por sobre todas las cosas se nos fue un magnífico ser humano que nos premió con su amistad. Abrazo al cielo querido amigo, donde el Señor velará por tu alma.
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