Por Rubén Fiorentino
En horas de la tarde
me enteré de la infausta nueva. Nos dejó un hombre de la radio en general y del
tango en particular. Lo conocí a través del eter, como solía decirse antes. Fue
hace mucho tiempo, me animaría a decir que hace mas de dos décadas. 
Su programa “Tango y café” salía por la noche, si mal no recuerdo los días sábados, por FM Fénix cuando la emisora aún funcionaba en la vieja casa de la calle Carlos Pellegrini 1743, de la ciudad de Martínez. A partir de un primer diálogo telefónico se sucedieron numerosas visitas a su programa generalmente en cada aniversario donde en representación del Centro Cultural del Tango Zona Norte le hacía entrega de algún pergamino alusivo a la fecha y también cada vez que requería mi presencia para conversar de un tema puntual. Recuerdo una de esas noches que junto al también difusor Jorge José Fernández “Jorfer” nos acercamos a saludarlo por celebrar un nuevo año en el aire y en el curso del programa se desató una torrencial tormenta. La precaria construcción que albergaba los equipos hacía literalmente “agua” y se hacía riesgoso continuar por esa conjunción poco propicia de electricidad y el líquido elemento.
No obstante, se llegó penosamente al final porque superando las dificultades su obsesión de no fallarle a la audiencia pudo más. Me quedó acaso como saldo la terrible mojadura que soportamos con Fernández al retorno a nuestros respectivos hogares. También tengo presente los programas donde compartí junto a él micrófonos con diferentes artistas zonales, músicos, cantores, cancionistas que siempre tenían un lugar en su espacio. Por su labor recibió merecidos galardones que disfrutaba con singular orgullo.
Su salud hacía que sus salidas en época invernal menguaran sobremanera pero acaso no dejó de acompañarnos cuando repusimos en San Isidro la placa que recuerda a uno de sus hijos dilectos, el cantor Raúl Iriarte
o cuando gestamos un acto institucional en el Teatro Municipal “Del Viejo Concejo” para hacer un reconocimiento público a los difusores de tango de las diferentes emisoras de Zona Norte.
Te nos fuiste, querido Jorge Leive. Tu ausencia se va a sentir. Acaso no contentaremos en recordar los gratos momentos compartidos cuando nada hacía vislumbrar este penoso desenlace. Hasta siempre “gomía”, seguramente el Señor te dará un lugar entre los buenos y los justos
Su programa “Tango y café” salía por la noche, si mal no recuerdo los días sábados, por FM Fénix cuando la emisora aún funcionaba en la vieja casa de la calle Carlos Pellegrini 1743, de la ciudad de Martínez. A partir de un primer diálogo telefónico se sucedieron numerosas visitas a su programa generalmente en cada aniversario donde en representación del Centro Cultural del Tango Zona Norte le hacía entrega de algún pergamino alusivo a la fecha y también cada vez que requería mi presencia para conversar de un tema puntual. Recuerdo una de esas noches que junto al también difusor Jorge José Fernández “Jorfer” nos acercamos a saludarlo por celebrar un nuevo año en el aire y en el curso del programa se desató una torrencial tormenta. La precaria construcción que albergaba los equipos hacía literalmente “agua” y se hacía riesgoso continuar por esa conjunción poco propicia de electricidad y el líquido elemento.
No obstante, se llegó penosamente al final porque superando las dificultades su obsesión de no fallarle a la audiencia pudo más. Me quedó acaso como saldo la terrible mojadura que soportamos con Fernández al retorno a nuestros respectivos hogares. También tengo presente los programas donde compartí junto a él micrófonos con diferentes artistas zonales, músicos, cantores, cancionistas que siempre tenían un lugar en su espacio. Por su labor recibió merecidos galardones que disfrutaba con singular orgullo.
Su salud hacía que sus salidas en época invernal menguaran sobremanera pero acaso no dejó de acompañarnos cuando repusimos en San Isidro la placa que recuerda a uno de sus hijos dilectos, el cantor Raúl Iriarte
o cuando gestamos un acto institucional en el Teatro Municipal “Del Viejo Concejo” para hacer un reconocimiento público a los difusores de tango de las diferentes emisoras de Zona Norte.
Te nos fuiste, querido Jorge Leive. Tu ausencia se va a sentir. Acaso no contentaremos en recordar los gratos momentos compartidos cuando nada hacía vislumbrar este penoso desenlace. Hasta siempre “gomía”, seguramente el Señor te dará un lugar entre los buenos y los justos
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