Adiós "gomía"

Por Rubén Fiorentino

El miércoles, en un mensaje escueto, Made in Pandemia, recibí la infausta nueva del deceso de Roberto Rolón. Los destinos del "gomía" que se nos adelanto en la partida y quien esto escribe coincidieron en reiteradas oportunidades y fueron muchos los años de compartir cosas. En momentos en que solo cabe la resignación es cuando vale pensar si el Señor se apiadó de ese cuerpo maltrecho y lo llevó junto a él para aliviar sus dolores. Antes de desarrollar ambos tareas en Organizaciones No Gubernamentales zonales pertenecimos los dos a la desaparecida Standard Electric Argentina, aunque en la citada empresa no alcanzáramos a tener la relación estrecha que aconteció luego. Sucede que él ocupaba un alto cargo en el sector de Recursos Humanos de la empresa radicada en San Isidro y yo pertenecía al sector de Instalaciones, grupo itinerante que montaba y dejaba en funcionamiento en sitio los equipos que se producían en la planta. Nos comenzó a acercar la música popular cuando integramos aquel lote de "locos visionarios" que fundó el Centro Cultural del Tango Zona Norte devenido en el tiempo en Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango allá por 1997. También cuando solía visitarnos a Jorge Bottino y a mí en nuestros respectivos programas radiales.

Su labor en el Centro Cultural fue intensa en los comienzos aportando un sinfín de ideas, no todas concretadas. Allí supo desempeñarse como primer vocal primero y revisor de cuentas después. También en ocasiones que por trabajo debí ausentarme, en aquella gestión de Roberto Peregrino Salcedo como presidente, supo suplirme temporariamente como secretario. Lo tengo presente cuando lo designamos como orador en el descubrimiento de la placa que recuerda precisamente al cantor Juan Carlos Rolón, en la Plaza Alsina de San Isidro o cuando tuvo un rol por demás activo en el encuentro de poetas y narradores "Juanca Tavera" realizado en las instalaciones del San Isidro Automóvil Club.

O acaso lo recuerdo también cuando sumábamos esfuerzos para acondicionar la antigua sede de la calle Pirán o cuando concurría con su esposa a las anuales cenas de camaradería. Solíamos encontrarnos además en las clásicas serenatas por las calles del partido organizadas por la Asociación "Hijos y Amigos de San Isidro", entidad de la que también fue parte, o en alguna madrugada que el desvelado se acercaba a adquirir cigarrillos al kiosco siempre abierto de Juan  B. Justo y Centenario frente a donde yo aguardaba el transporte público que me llevara a mi obligación laboral.

La suma de años, los achaques de salud que vamos sumando con ellos y sus viajes a Europa donde residía una hija hicieron menos frecuentes nuestros contactos que se limitaban acaso a esporádicos correos electrónicos. No obstante ello, el paso de Roberto Rolón por el Centro Cultural del Tango Zona Norte que hoy tengo el orgullo de presidir será siempre recordado y en este momento de dolor, donde por efectos la cruel pandemia se nos priva hasta de la postrer despedida queremos acompañar a su familia y rogarle al Señor los pueda confortar en este difícil instancia.

Seguramente, arribado allá arriba donde dicen van los buenos y los justos estará  su alma junto a las de Salcedo, Ledesma, Gabarrella, Spadaro, Ubaldón, Blasioli y More tratando de fundar la Academia Correspondiente Celestial...