Crónica por
Rubén Fiorentino
Cuando la inclemencia del tiempo juega sus
fichas es muy difícil revertir la situación, no obstante, pese a ello los
osados que nos arrimamos a Don Bosco 57, ayer 12 de octubre vivimos una jornada
maravillosa.
Sucedió que el Anexo de la Sociedad
Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri” se vistió de gala para
recibir al académico de la Academia Nacional del Tango y la Academia Porteña
del Lunfardo, gestor de ese arduo trabajo de recopilación que derivó en “Homero
Expósito, sonetos inéditos”, el “gomía” Matías Mauricio.
Jorge Gatti que oficio de coordinador de
la presentación pronunció las palabras iniciales para cederme el micrófono, en
mi carácter de presidente del Centro Cultural del Tango Zona Norte, Academia Correspondiente
de la Academia Nacional del Tango.
No perdí la oportunidad de agradecer las
presencias que desafiando a los rigores se había dado cita para acompañar un
nuevo acto institucional, a los dueños de casa por la hospitalidad que siempre
nos brindan y a Matías que sin dudarlo accedió a acompañarnos en esta puntual
jornada.
Traté de ser lo más breve que pude para
dar lugar a la rica exposición del invitado que fiel a su costumbre se expresó
con la espontaneidad y frescura de quien domina el arte de comunicar de tal
manera de atrapar a sus ocasionales interlocutores.
Como introducción trazó el paralelo de
como imaginaban al mundo los antiguos, un plano sostenido por cuatro elefantes que
el llevó al terreno del tango ubicando en ese plano a Carlos Gardel y esas
cuatro sólidas columnas, los elefantes colocó a Enrique Santos Discépolo,
Catulo Castillo y los dos Homeros, Manzi y Expósito. Por supuesto que admitió
otros nombres importantes pero su visión privilegiaba a estos, los a su juicio
poetas fundamentales. También destacó las diferencias entre poetas y letristas,
el análisis de las diferentes metáforas gestadas por los primeros y el lenguaje
más llano cursado por los otros.
También se apresuró a expresar Matías que
estas apreciaciones no iban en menoscabo de ninguno que ambos, poetas y
letristas eran capaces de despertar emociones.
También se refirió a las influencias que
sobre los grandes poetas del tango ejercieron García, Lorca, Rubén Darío y
hasta Evaristo Carriego que con sus pinturas del suburbio dio motivos para no
pocos tangos.
Mientras Matías se permitía una pausa para
su alocución José Jorge Aldecoa Davies nos recitaba Óyeme, aquella sentida obra
que escribiera Expósito trazando en palabras el dolor que provocaba la
prematura partida de un hermano de su amigo, Enrique Mario Francini.
Acto seguido Norma Labat nos obsequió el
trino de su canto con una muy aplaudida versión de Pequeña. Inmediatamente
después Matías no perdió oportunidad de analizar las distintas metáforas
utilizadas por Expósito para gestar ambas obras.
Abordó luego temas como la
supuesta porteñidad del tango. Y entonces la cosa se hizo participativa
aportando cada uno de nosotros orígenes provincianos de Enrique Cadícamo, Juan
Caruso, Osmar, Maderna, las familias Berón y Expósito, Homero Manzi, Osmar
Maderna, Alberto Podesta, Pascual Contursi y otros.
En tanto pasando revista a las presencias advertía
que nos acompañaban la cantante Silvia Guglielmi, los presidentes de la
Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri” y el de la
Orquesta de Conciertos de San Isidro y representantes de la Asociación “Hijos y
Amigos de San Isidro” y de SADE Zona Norte.
Matías nos confió como pudo acercarse a la
viuda de Homero Expósito para poder concretar este trabajo, la cierta
desconfianza que la dama mostraba al principio y la plena colaboración que le
brindara una vez que ella se cerciorara de la nobleza de sus propósitos de hacer
públicos tan valiosos documentos. También habló de lo obsesivo de Expósito con
su obra analizando cada una de sus palabras y destruyendo no pocos borradores
hasta alcanzar el que le dejara conforme. De los orígenes anarquistas de los
progenitores de Expósito, Centeya, Catulo y del amor por los animales que
profesaron ellos y hasta de una suerte de continuidad entre la poesía de Horacio
Ferrer con la de Expósito.
Llegarían después un nuevo recitado de Aldecoa
Davies y dos brillantes interpretaciones de Norma de Al compás del corazón y
Quedémonos aquí que merecieron el cálido aplauso de los presentes. Por
imponderables, en diciembre del año anterior Matías Mauricio no había recibido
los atributos que lo convertían en Socio de Honor de nuestra entidad y esta era
la ocasión de concretarlo.
Con la CD en pleno coordinado por la alocución
previa de Jorge Gatti procedimos entonces a entregarle un pergamino donde se
fundamenta la decisión, un carnet plastificado de la entidad, un pin de solapa
con nuestro logotipo y el cuadernillo con las obras ganadoras del pasado
certamen literario donde Matías fue jurado. Emocionado nuestro visitante
agradeció la distinción evocando con quien esto escribe a nuestro amigo común Roberto
Selles quien nos vinculó. A pedido de Jorge Gatti di una somera reseña de la
obra pictórica Tal para cual de Hugo Pendziuch que con autorización de éste
adoptamos como logotipo. De esta manera dábamos cierre a una jornada que
mereció seguramente un marco más numeroso de no mediar tales condiciones
climáticas pero como dice el tango “contra el destino nadie la talla”…Fotos gentileza Ricardo Demelli
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