El pasado sábado 16 de Febrero emitió su último programa FM Santa Rita. Había irrumpido en el éter, como solía decirse, “allá lejos y hace tiempo”, el 26 de Octubre de 1985, época que las trasmisiones de frecuencia modulada eran monopolizadas por música foránea. A partir de allí Santa Rita se presentó como una opción singular, distinta... El tango y e
l folklore tuvieron cabida en su programación ocupando espacios relevantes. Con el tiempo sería la música de Buenos Aires, por decisión de sus directivos y difusores, con la anuencia imprescindible de la audiencia quien inclinaría decididamente la balanza. Así por sus micrófonos se expresaron historiadores y difusores de la talla de Adolfo Bevilacqua, Rafael Ruffet, Jorge Bottino, Pedro Mario Ríos, Roberto Peregrino Salcedo, Jorge D´ Costa, Rolando Polito, Liliana Albornoz, Rafael Zarlenga, Ernesto Lerchundi, Guillermo Brizuela Méndez y la familia Fiorentino en pleno, Rubén quien estas líneas escribe y sus hijos, Esteban, Jésica y Gerardo, que comenzaron siendo niños aún y se convirtieron en adolescentes rindiéndole culto a esta música nuestra que nos identifica en el mund
o. Fueron años felices cuando la audiencia estimulaba y participaba activamente en programas como “El arranque” y “Tangos del Winco al compact” donde su conductor, Rafael Zarlenga permitía el recitado o el canto telefónico de ávidos radioescuchas que sumaban su aporte a esa pasión colectiva por el 2 x 4.
Como decía Rafael eran ellos quienes disponían que música se escucharía cada domingo. No había más que solicitar un título para que inmediatamente sonara en la frecuencia de Santa Rita. Una computadora cargada con la música demandada y ordenada rigurosamente por orden alfabético hacía el resto. Además eran clásicos los juegos propuestos donde se inquiría al oyente por los nombres de los temas, orquestas y cantores que los interpretaban y los autores de los mismos.
También vale apuntar trasmisiones realizadas desde exteriores como cuando se reprodujo la velada presentada por la peña “Con sabor a tango” desde el Centro Cívico y Cultural de Beccar o los programas con intérpretes en vivo que acercaron a la audiencia el arte de Bety País, Alejandra Palermo, Miguel Ubaldón, Héctor Moyano, Julio Barone, Jo
rge del Mar, Julio Pérez, Rubén “Pocho” Villegas, Héctor Moreno, Norma Labat, Luis Caroprese, José Luis Philipp, Eduardo “Chango” Alonso, Jaime Font Saravia (h), Juan Paz, “Coco” Castro, Juan Carlos Guillén, Rodolfo Montillo, Oscar Ferrero por citar algunos. Sin contar la infinidad de veces que el micrófono de Santa Rita nos devolvió las voces de referentes de la talla de Julio Martel, Angel Cárdenas, Hilda Guerra, Erardo del Prado, Adriana Varela, Oscar Ferrari, Roberto Rufino, Guillermo Rico, Hugo Salerno, José Angel Abratte, Leopoldo Díaz Vélez y colegas difusores como Claudio Ledesma, Jorge Fernández, Pedro Cahue, Carlos Augusto, Aníbal Hugo Gabarrella, Juan Perri, Margarita Aybar.
Cómo olvidar los meses de Mayo de cada año, época de las fiestas patronales del partido, y los tradicionales espacios de “San Isidro y su gente de tango”, donde un servidor recurría a su vasto archivo fonográfico re
scatando viejas grabaciones de artistas zonales como Manuel Oreiro, la típica Romero-Spinelli con sus cantores José Britos y Héctor Carola, la orquesta de Juanca Tavera, José Abrate o composiciones concebidas por hombres de la política como Melchor Ángel Posse y Carlos Caparelli. Tampoco faltaban por supuesto los registros de Raúl Iriarte, Oscar Alonso, Roberto Rufino, Aldo Campoamor, Juan Carlos Rolón, María José Mentana, Osvaldo Ramos y cuanto vecino destacado que hubiese hecho su aporte al tango.
Un montón de circunstancias precipitaron el cierre. Se me ocurren como las principales, la carencia de un espacio físico propio y el cansancio natural de Rafael Zarlenga de enfrentar como “El quijote” a “los molinos de viento”, esto es cumplir rigurosamente los establecido por los organismos pertinentes en materia impositiva, y ver que ante la falta de aplicación de la Ley de Radiodifusión, otras emisoras, sin ajustarse a ninguna norma legal y en evidente competencia desleal, operaban sin ningún tipo de pudor, a vece
s hasta tapando la frecuencia legalmente adjudicada a Santa Rita. Fue duro en mi caso particular interrumpir 17 años de presencias continuas desde el ciclo “Abriendo un camino”. Es difícil acostumbrarse cada semana a no recibir el llamado de María, de Nélida, de Nancy, de Jorgelina, de Magdalena...Me queda no obstante, la felicidad de haber compartido muchos momentos, de haber crecido en este hermoso oficio de difusor de tango, de haberle inculcado a mis hijos esta pasión por esa expresión genuina de la cultura de los argentinos y el haber sido tribuna de expresión para el Centro Cultural del Tango Zona Norte, Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango que hoy tengo el orgullo de presidir.
l folklore tuvieron cabida en su programación ocupando espacios relevantes. Con el tiempo sería la música de Buenos Aires, por decisión de sus directivos y difusores, con la anuencia imprescindible de la audiencia quien inclinaría decididamente la balanza. Así por sus micrófonos se expresaron historiadores y difusores de la talla de Adolfo Bevilacqua, Rafael Ruffet, Jorge Bottino, Pedro Mario Ríos, Roberto Peregrino Salcedo, Jorge D´ Costa, Rolando Polito, Liliana Albornoz, Rafael Zarlenga, Ernesto Lerchundi, Guillermo Brizuela Méndez y la familia Fiorentino en pleno, Rubén quien estas líneas escribe y sus hijos, Esteban, Jésica y Gerardo, que comenzaron siendo niños aún y se convirtieron en adolescentes rindiéndole culto a esta música nuestra que nos identifica en el mund
o. Fueron años felices cuando la audiencia estimulaba y participaba activamente en programas como “El arranque” y “Tangos del Winco al compact” donde su conductor, Rafael Zarlenga permitía el recitado o el canto telefónico de ávidos radioescuchas que sumaban su aporte a esa pasión colectiva por el 2 x 4.Como decía Rafael eran ellos quienes disponían que música se escucharía cada domingo. No había más que solicitar un título para que inmediatamente sonara en la frecuencia de Santa Rita. Una computadora cargada con la música demandada y ordenada rigurosamente por orden alfabético hacía el resto. Además eran clásicos los juegos propuestos donde se inquiría al oyente por los nombres de los temas, orquestas y cantores que los interpretaban y los autores de los mismos.
También vale apuntar trasmisiones realizadas desde exteriores como cuando se reprodujo la velada presentada por la peña “Con sabor a tango” desde el Centro Cívico y Cultural de Beccar o los programas con intérpretes en vivo que acercaron a la audiencia el arte de Bety País, Alejandra Palermo, Miguel Ubaldón, Héctor Moyano, Julio Barone, Jo
rge del Mar, Julio Pérez, Rubén “Pocho” Villegas, Héctor Moreno, Norma Labat, Luis Caroprese, José Luis Philipp, Eduardo “Chango” Alonso, Jaime Font Saravia (h), Juan Paz, “Coco” Castro, Juan Carlos Guillén, Rodolfo Montillo, Oscar Ferrero por citar algunos. Sin contar la infinidad de veces que el micrófono de Santa Rita nos devolvió las voces de referentes de la talla de Julio Martel, Angel Cárdenas, Hilda Guerra, Erardo del Prado, Adriana Varela, Oscar Ferrari, Roberto Rufino, Guillermo Rico, Hugo Salerno, José Angel Abratte, Leopoldo Díaz Vélez y colegas difusores como Claudio Ledesma, Jorge Fernández, Pedro Cahue, Carlos Augusto, Aníbal Hugo Gabarrella, Juan Perri, Margarita Aybar.Cómo olvidar los meses de Mayo de cada año, época de las fiestas patronales del partido, y los tradicionales espacios de “San Isidro y su gente de tango”, donde un servidor recurría a su vasto archivo fonográfico re
scatando viejas grabaciones de artistas zonales como Manuel Oreiro, la típica Romero-Spinelli con sus cantores José Britos y Héctor Carola, la orquesta de Juanca Tavera, José Abrate o composiciones concebidas por hombres de la política como Melchor Ángel Posse y Carlos Caparelli. Tampoco faltaban por supuesto los registros de Raúl Iriarte, Oscar Alonso, Roberto Rufino, Aldo Campoamor, Juan Carlos Rolón, María José Mentana, Osvaldo Ramos y cuanto vecino destacado que hubiese hecho su aporte al tango.Un montón de circunstancias precipitaron el cierre. Se me ocurren como las principales, la carencia de un espacio físico propio y el cansancio natural de Rafael Zarlenga de enfrentar como “El quijote” a “los molinos de viento”, esto es cumplir rigurosamente los establecido por los organismos pertinentes en materia impositiva, y ver que ante la falta de aplicación de la Ley de Radiodifusión, otras emisoras, sin ajustarse a ninguna norma legal y en evidente competencia desleal, operaban sin ningún tipo de pudor, a vece
s hasta tapando la frecuencia legalmente adjudicada a Santa Rita. Fue duro en mi caso particular interrumpir 17 años de presencias continuas desde el ciclo “Abriendo un camino”. Es difícil acostumbrarse cada semana a no recibir el llamado de María, de Nélida, de Nancy, de Jorgelina, de Magdalena...Me queda no obstante, la felicidad de haber compartido muchos momentos, de haber crecido en este hermoso oficio de difusor de tango, de haberle inculcado a mis hijos esta pasión por esa expresión genuina de la cultura de los argentinos y el haber sido tribuna de expresión para el Centro Cultural del Tango Zona Norte, Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango que hoy tengo el orgullo de presidir.
Rubén Alberto Fiorentino
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