Crónica por Rubén Fiorentino
Fue ésta, el tango vuelve, la frase que se me ocurría para titular la presente nota. Acaso algunos podrían sostener como Troilo que no se fue nunca…”Si siempre está llegando”. Lo cierto es que daban ganas de escribir una letra t sobre una v corta a imagen y semejanza de aquellas pintadas clandestinas que se iniciaron promediando la década del cincuenta referidas a un hecho político. Después de añorar tanto tiempo esa vuelta a la presencialidad, ayer, 11 de diciembre, coincidiendo con un nuevo Día Nacional del Tango, el 2 x 4 se hizo dueño y señor de la tarde lugareña. El San Isidro Automóvil Club fue el sitio propicio donde, convocados por el Centro Cultural del Tango Zona Norte, se dieron cita narradores y poetas, afines al género porteño, historiadores, representantes de entidades amigas, como la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro, la Orquesta de Conciertos de San Isidro, la Sociedad Argentina de Escritores de Zona Norte y la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”. También se acercaron Juan Carlos Duplaá de la Orquesta Municipal de Hurlingham y por supuesto los intérpretes de esta parte del conurbano como Alejandra Palermo, Norma Labat, Jorge Tortosa y Jorge Villar, este último flamante tesorero y antes presidente del Club Unión de Olivos.
Acaso la impericia técnica nuestra, en materia de manejo de los equipos de sonido, hizo un poco más demorado que de costumbre el instante del inicio de este acto institucional, después de casi dos años de indeseado receso. Jorge Gatti fue el encargado de conducir la reunión que inmediatamente de los saludos y las palabras de bienvenida le cedió el micrófono a quien estas líneas escribe. Muchas cosas se me cruzaron por la mente en el momento de iniciar mi alocución. Pensé que debía agradecer fundamentalmente a la entidad dueña de casa, que nos había permitido disponer de sus instalaciones, a miembros del gobierno comunal, a los presentes que se habían llegado desde diversos sitios a acompañarnos, a los jurados que habían desarrollado una titánica tarea evaluando las obras concursantes de un nuevo certamen literario, a los representantes de entidades amigas y que también debía recordar a los amigos que en el curso de esta discontinuidad de reuniones se nos habían adelantado en la partida. No sé si mencioné todo, pero sepan que fue mi sincera intención hacerlo. Concluidas estas presentaciones y agradecimientos de rigor la primera cantante que enfrentó al soberano fue Norma Labat,
que como sus pistas no salían con el volumen suficiente para poder interpretarlas, con la eficacia necesaria, tomó la iniciativa de hacerlo a capella, con un dominio de la melodía increíble y con un fraseo que arrancó fervorosos aplausos y vítores de los asistentes en sus inolvidables interpretaciones de Tú, El clavelito y Vida mía. Había que ir intercalando entregas de premios del certamen literario con la parte artística, amenizadas por el anecdotario de Jorge Gatti, que un poco para instalarnos en la temática del certamen “El tango y el fútbol”, “me tiraba centros” para que yo culminara la jugada. Siempre pregonamos y lo afirmamos en la práctica, que el nuestro es un certamen distinto, donde ponderamos el esfuerzo de todos los concursantes y ninguno de ellos se va sin su reconocimiento. Los que accedieron a los premios y a las menciones de honor y aún aquellos que no alcanzaron en esta oportunidad esa instancia. Así recibieron su certificado por su meritoria participación Carlo Gustavo Gorriarán (CABA), Salvador Verzi (Villa Ballester), Rubén Lettieri (Chivilcoy), María del Rosario Lorenzo (Villa Ballester) y María Norma Fernández (Carapachay) que también se adjudicaron por el puntaje alcanzado por ambas el Premio entidades,
en el rubro cuento breve para “Los poetas del encuentro” de Villa Ballester. Otra particularidad esta, la de premiar entidades por la labor de sus representantes, es lo que le da un aire singular a nuestra propuesta. También a modo de agradecimiento recibieron su pergamino los jurados presentes Laureano Castaño y José Jorge Aldecoa Davies.
Dado lo sucedido con las pistas de Norma y persistiendo la dificultad, el siguiente intérprete, Jorge Villar nos regaló su canto con dos lucidas interpretaciones: Por una cabeza y Amigos que yo quiero, acompañado de la guitarra de Jorge Tortosa.
Después de los aplausos y las felicitaciones al cantor, me tocó entregar al único presente de los que obtuvieron menciones de honor, Rubén Lamónica, de Beccar, el testimonio gráfico por su cuento El sueño del pibe”,
en tanto Ricardo Demelli perpetuaba en imágenes todo lo que iba aconteciendo. El espectáculo artístico continuó con Alejandra Palermo, que con su personal estilo nos regaló La canción de Buenos Aires, Y te parece todavía y Los cosos de al lao.
Era deber mencionar a quienes habían obtenido las menciones y primeros premios, aunque no estuvieran presentes, entonces revelamos que habían recibido menciones de honor en cuento Elena Salvá (Tres Lomas), César José Tamborini Duca (León-España) y Martín Ernesto Troncoso (CABA) y que hacían lo propio en poesía María Rosa Rzepka (Florencio Varela), Delia Esther Fernández Cabo (Canelones-Uruguay), César Gustavo Coro y Pablo Gustavo Ortíz (Salta). El quinto premio lo obtuvieron Tamara Mrejen de Santa Fe (cuento) y Luis Antonio Beauxix Cónsul de Montevideo – Uruguay (poesía), el cuarto premio en poesía fue para Aldo Renato Guardatti (Salta) y en cuento para Sergio Gustavo Simionato (CABA), el tercero de poesía lo obtuvo Omar Luján Pertusi (Luján) y en cuento Alberto Chara (Santos Lugares), el segundo cuento lo obtuvo Alejandro Peris (Córdoba) y en poesía Florentino Diez (Ingeniero White) y los vencedores fueron por su obra Tribuna glicina y tango, Ricardo Sami Vega (Rio Negro) en poesía y el trabajo titulado Gardel-Maradona…Maradona-Gardel, Alberto Labrador Rubio (Mendoza). Invité a Jorge Aldecoa Davies, ante la ausencia de su autor, que recitara el poema ganador
y acto seguido hice lo propio con la obra de Omar Lujan Pertusi de Luján, que en lo personal me había llegado por tratarse de una evocación de Reinaldo Yiso, aquel que retrató en tango el sueño de tantos futboleros como yo.
Había que darle un cierre artístico y Jorge Tortosa, cantor, guitarrista, compositor y conductor del ciclo radial “Decir cantor es amor” fue el encargado de hacerlo. Eligió para la oportunidad las obras Que me van a hablar de amor, Confidencias, dando un cierre apoteótico con La última curda.
Solo restaron para la despedida los agradecimientos por las presencias y el deseo de unas felices fiestas para todos.
Fotos gentileza Ricardo Demelli y Rubén
Lettieri.
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