Por Rubén Fiorentino
Hoy 18 de abril es un día muy penoso para mí y se me hace harto difícil hilvanar unas líneas para recordar al gomía que se nos adelantó en la partida. Había nacido en el porteño barrio de La Paternal el 20 de enero de 1942. Desde pequeño sintió inclinación por el canto y con apenas 8 años debuta en la radiofonía en el programa “Juancho y los pibes”. Avanzando en el tiempo se lo podía ubicar como vocalista de Jorge Caldara. Le cabe después una destacada labor en el primer concurso de cantores y cancionistas organizado por el ciclo televisivo “Grandes Valores del Tango” donde resulta finalista Lo aguardaría luego, el paso por la orquesta de Miguel Caló y el Sexteto Tango. Es sin duda allí donde alcanza uno de los picos más altos de su popularidad. Con ellos tiene oportunidad de acceder al disco, viajar y cosechar aplausos más allá de las fronteras de la patria. Ya desvinculado de ellos y en condición de solista reitera las presencias en la placa sonora acompañado de Grela-Libertella, Julio Pane, Ernesto Baffa y Néstor Marconi. Viajó a París contratado por un par de meses para actuar en Trottoirs de Buenos Aires y se quedó 12 años. En Europa tuvo oportunidad de participar del Festival de Tango de Granada y producir en Francia el Primer Encuentro Internacional de Tango. Se presentó en La Sorbona con la orquesta filarmónica y coro de esa ciudad y entre nosotros llego a actuar en los teatros Colón y Cervantes, en este último acompañado de la orquesta Juan de Dios Filiberto dirigida entonces por Osvaldo Piro. Lo conocí personalmente allá por 1999 o 2000 en un accidentado homenaje a Carlos Gardel, esos que desde 1992 a la fecha organiza ininterrumpidamente la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri”.
Fue también jurado del Certamen de Cantores y Cancionistas “Carlos José Pérez de la Riestra, Charlo”, organizado por nuestra entidad, del que resultó triunfadora Alejandra Palermo. Afincado en nuestra “patria chica” desde su retorno de Francia, por sus méritos artísticos y humanos lo designamos Socio de Honor en una jornada donde su dilecto amigo Lucho Repetto llegó expresamente para acompañarlo con su piano. Me quedó en el debe no haber podido concretar ese polo cultural que tendría como eje al tango entre la ciudad de Pereira Colombia y San Isidro, Argentina, por el que tanto bregamos ambos y el darte ese adiós doloroso por tu inesperada partida…¡Querido Raúl Funes!
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