Crónica por Rubén
Fiorentino
La noche de anoche, sin duda, el tango
vivió su primavera. El Teatro Municipal “Del Viejo Concejo” de San Isidro lucía
como en sus mejores jornadas. Una convocatoria sensacional provocaba el Segundo
Acto Institucional Conjunto que proponían la institución Perfiles del Tango de
Montevideo, Uruguay y el Centro Cultural del Tango Zona Norte, Academia Correspondiente
de la Academia Nacional del Tango.
Su título “Locos por el tango” en alusión al
vigésimo segundo aniversario de la entidad que tengo el honor de presidir. En
ese marco multitudinario de un público ávido de disfrutar, minutos después de
la hora 20:00, comenzaban a oírse los compases de De Academia que marcaban el
comienzo de un espectáculo que a la postre sería inolvidable, pero acaso mi
entusiasmo no debe precipitarme a contarle anticipadamente el final. Como dicen
que expresaba Jack El destripador: “Vayamos por partes”. Acabado el tango
emblema del Centro Cultural del Tango Zona Norte, Rafael Ruffet daba las
palabras de bienvenida para convocar después al escenario a los máximos
responsables de ambas entidades, Don Miguel Gadea Sandler y quien esto les
narra. Miguel hizo referencia a la importancia de estos actos culturales
generados por entidades como las nuestras y reclamó de los gobiernos de ambas
márgenes del Plata en preservar expresiones genuinas de la cultura como esta,
hoy Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. También evocó aquel primer
encuentro de 2007 donde se presentaba la genial cancionista que fue y será
para los tiempos Nina Miranda. Un servidor refiriéndose a aquel acto recordó al
poeta sanfernandino Juan José Galo y al bandoneonista José Luis Philipp que ya
no están entre nosotros y agradeció también a todos los que contribuyeron a
forjar la historia de nuestra entidad a lo largo de estos veintidós años, los
de ayer y los de hoy, los que permanecen y los que la vida hizo marchar. Pero claro, el público no venía a escucharnos a nosotros, sino que estaba ávido de disfrutar lo que el programa proponía y tratamos ubicadamente de ser breves en la alocución. Miguel, ya en función de conductor, se aprestaba a presentar a la pareja de baile formada por Elizabeth Lordi y Pablo Más pero la imprevista demora de estos en estar en condiciones de subir al escenario obligó a Rafael Ruffet a agradecer públicamente los muchos saludos que con motivo de su cumpleaños recibió nuestra institución, tarea que le llevó el tiempo justo para que los bailarines comenzaran a deleitarnos con sus figuras coreográficas. Fueron dos temas, Que falta que me haces y Orillera que sirviera a la numerosa concurrencia para evaluar los quilates de tan magníficos artistas.
En tanto los músicos que inicialmente iban a ser Claudio Tejo y Hugo Pagano sumaron un tercer integrante, Nicolás Santana que se agregaba para conformar un trío que nos deleitó a todas y todos con Don Orlando primero y El entrerriano después. Demás está decir que ya el entusiasmo y las muestras de aprobación copaban la sala.
En ese marco Gadea Sandler es el encargado de presentar a la dama que inauguraría la instancia del canto en tan singular noche, Yolanda Majced. Tres temas bastaron para conquistar a la platea, El corazón al sur, Después y Pedacito de cielo que arrancaron de los presentes vítores y ovaciones.
Ruffet no perdió oportunidad de saludar la presencia de representantes de instituciones amigas como la Asociación “Hijos y amigos de San Isidro”, el grupo literario “Palabras Vivas” Centro de Estudios Históricos de Martínez, San Isidro Automóvil Club, SADE Zona Norte, Calabreses Unidos de San Isidro, Orquesta de Conciertos de San Isidro, cantantes y medios de prensa que también se habían dado cita en la sala. En tanto nuestro par uruguayo hacía las mejores galas para presentar a Federico Rigó un joven y excepcional cantante que también se sumaba a la fiesta de San Isidro. Lo que vos te merecés, Tango de otros tiempos y Tinta roja marcaron su actuación que fue coronada con estruendosos aplausos que parecían no cesar.
Los mismos que reaparecieron nuevamente cuando Miguel Gadea Sandler era ungido por nosotros Socio de Honor y acaso cuando los orientales me felicitaron a través de un pergamino por mi labor en pos del tango.
Proseguiría una nueva aparición de los bailarines como prólogo del ingreso en escena de Estela Bonnet que dio muestras de su jerarquía con Que me importa que te lloré donde Elizabeth Lordi y Pablo Más también hicieron su aporte coreográfico, El último escalón y Vida mía.
Se acercaba el final que hubiese tenido que ser con Roberto Chaleán pero un inesperado problema de salud impidió su presencia.
Aldo Bloise tomó la posta de ocupar la plaza dejada por el colega aclarando que no era un reemplazo porque Roberto es irremplazable. Fue el instante preciso que organizadores, artistas y público deseamos un pronto restablecimiento del querido amigo. Aldo en su personal estilo nos regaló Porqué la quise tanto, Grisel, El amor desolado, Naranjo en flor y Afiches para provocar luego el cierre definitivo del espectáculo con Por una cabeza con todo el elenco coreando la canción de Gardel y Le Pera y donde también se sumó una intérprete oriental fuera de programa que se dio al gusto al menos de despuntar el vicio del canto sobre el escenario.
Instantes después con los compases de La cumparsita harían su
despedida músicos y bailarines. Restaba solamente la invitación de Gadea
Sandler para el día de hoy en el Centro Cultural Eladia Blázquez donde presentan
otro espectáculo de tango y la nuestra para la presentación en Zona Norte del
libro Homero Expósito, sonetos inéditos, trabajo de recopilación hecho por el
académico Matías Mauricio que se producirá el sábado 12 de octubre en el Anexo
de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural Dante Alighieri, Don
Bosco 57 San Isidro a las 19:00 horas. Restaría solo narrarles las palmadas de
felicitación que recibirían todos y cada uno de los miembros de nuestra
Comisión Directiva por ser gestores de semejante espectáculo, el agradecimiento a los
artistas por tamaña entrega y aún la atención de mi parte a alguna requisitoria
periodística. En síntesis, me siento agradecido por poder escribir la crónica
de una noche feliz.
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